En otros artículos ya dije que era aficionado a los juegos de rol. No solo me gusta construir historias si no que considero que las aventuras de misterio son lo más interesantes para jugar con los amigos. También soy un gran fan de H.P. Lovecraft y todas sus bestias tentaculares.
Es bastante obvio que cualquiera de los juegos de la serie Arkham de Fantasy Flight Games son un regalo fácil para mi. Antes de que FFG diese rienda suelta a la franquicia me atreví a comprar la 1ª edición del Arkham Horror: El juego de mesa pero ahora es el momento de analizar la 3ª edición y ver si los años han conseguido mejorar este gran clásico de los juegos de mesa.
Arkham Horror, una ciudad con personalidad propia
Arkham Horror nos sitúa en la misteriosa y peligrosa ciudad de Arkham, Massachusetts, durante los años 20. En esa ciudad se concentran sectas, criaturas de las profundidades y grandes secretos que harían tambalear los límites de la realidad.
En este juego cooperativo tomaremos el papel de un grupo de investigadores que tratando de desenmarañar sus propios dramas personales terminarán combatiendo contra dioses primigenios o monstruos ignotos, mientras intentan mantenerse sanos y lo más importante, cuerdos.
Gracia a la prolija literatura de Lovecraft y sus coetáneos, Arkham Horror ofrece una gran cantidad de lugares, personajes y objetos comunes. Incluso a los ajenos del horror cósmico le pueden sonar cosas como el Necronomicón, la universidad de Miskatonic o el Rey en Amarillo. Además que a lo largo de estos años Fantasy Flight Games ha ido incorporando personajes comunes en todos sus juegos lo que consiguen una experiencia aún más inmersiva.
Porque una cosa que consigue desde el primer momento Arkham Horror 3ª edición es sumergirnos en ese mundo tétrico. Todos los personajes tienen trasfondos interesantes y evolucionan de una forma bastante narrativa y además, en esta edición se ha optado por un sistema de misiones narrativas que dotan al juego de un gran personalidad. Aunque las 4 que vienen en la caja básica son perfectamente rejugables, la primera vez que se juegan suponen una clase de «elige tu propia aventura» donde no sabes qué giro de la trama se desvelará la próxima carta.
Una fórmula pulida al máximo
Aun a falta de jugar al Arkham Horror: el juego de cartas, si que he podido probar en alguna ocasión casi todos los juegos de la franquicia y mi sensación es que estoy ante el juego más equilibrado de todos los de FFG.
Como decía al principio del artículo, tengo en mi ludoteca la 1ª edición del juego pero aunque me gustaba mucho por trasfondo, encontraba muchas pegas. Además de resultar complicado de montar (debido a que tenia muchas mas cartas y fichas que éste, y ya es decir) la sensación de microgestión en cada acción (pedir acceso a la logia, solicitar un préstamos…) lo hacía muy farragoso. El villano de cada partida siempre era un dios primigenio (en la 3ª edición no siempre es así) y apenas se notaba diferencia entre uno y otro más allá de un ajuste leve de dificultad.
Buscando pistas antes que el fin se acerque…
La versión global de Arkham Horror, Eldritch Horror, heredaba mecánicas del anterior, pero simplificaba muchas de ellas y la sensación era mucho más interesante al ir viajando por todo el globo intentando evitar que dioses oscuros lo destruyeran. Mucha inquina tenían que tener a Massachusetts los primigenios para que los apocalipsis siempre comenzasen ahí. Este juego venía a completar y perfeccionar el anterior aunque el factor aleatorio podía tirar por tierra horas de partidas en una mala tirada de dados.
Por último está el que para mi es uno de los prodigios de la inmersión que es Mansiones de la Locura. Con un app de tablet como director de juego, música y efectos sonoros que se suma a una producción con unas miniaturas impresionantes, realmente es como estar metido en una historia de terror. El sistema es sencillo y deja con la boca abierta a los que no estén tan acostumbrados a esta clase de juegos largos. Sin embargo, el elevado precio (100€) y la realmente baja rejugabilidad suponen un freno.
La 3ª edición de Arkham Horror simplifica las reglas heredadas de la 1ª edición o de Eldritch Horror y elimina el tablero gigante por uno modular que se construye dependiendo del escenario que se quiera jugar. Dichos escenarios se sienten como partidas muy diferentes, algunos más centrados en buscar pistas antes que el fin se acerque, otros tratando de eliminar por la fuerza monstruos… la variedad de escenarios, personajes y situaciones mantienen una rejugabilidad e inmersión notables.
Arkham Horror, muchas luces aunque alguna sombra
Aunque haya sido aligerado respecto a sus ediciones anteriores, Arkham Horror no es un juego para un rato. Las partidas pueden durar entre 2 y 4 horas dependiendo de la suerte, la torpeza o las ganas de discutir de los jugadores y eso ya es algo que va a echar para atrás a muchos. Es un juego que hay que preparar cientos de cartitas, un par de recipientes con fichas… en general es un juego para prestarle atención y dedicación.
El juego es realmente disfrutón a un solo jugador pudiendo jugarse hasta con otras 5 personas más. Lamentablemente el sistema que hace que la «inteligencia artificial» del villano se active toda de golpe al final de que los jugadores hayan actuado y que esta fase sea más larga dependiendo del número de participantes hace que la partida se vuelva muy cuesta arriba en un par de rondas. Incluso jugando en solitario el número idóneo de investigadores es 3 ya que con uno solo no vas a dar a basto para recorrer toda la ciudad mientras el caos se desata.
Además de la expansión Mareas tenebrosas, que nos trae los secretos más profundos de Kingsport y otra aún en desarrollo, el juego cuenta con una mini expansión, Noche Cerrada, que prácticamente todo el mundo considera obligatoria para ofrecer más variedad. Tras un par de partidas, los eventos en los distintos barrios terminan siendo repetitivos sin ésta.
Creo que es evidente que este juego me gusta y mucho. 60€ no me parece caro para la diversión que ofrece y es de esta clase de juegos que generan grandes anécdotas en grupos de juego. «¿Recuerdas cuando jugaste con una monja que terminó maldita pero con una escopeta?» o «La verdad que sí que fue raro esa vez que tu personaje entró en una cafetería y sin querer viajó por el tiempo y terminó tomándose una tostada de aguacate con unos hipsters»… Arkham Horror genera esta clase de situaciones y te deja recordando la partida durante horas.
