El documental de Lars Edman y William Johansson Kalén forma parte de la edición de este año del Another Way Film Festival
Los seres humanos realizamos actividades que conllevan un serio perjuicio para el ecosistema y ponen en riesgo el futuro de la naturaleza y de nuestra propia especie. Esto, que no es ninguna sorpresa para nadie, implica una mayor vanidad e hipocresía si quienes explotan los recursos naturales y contaminan no se hacen cargo ni se responsabilizan de los efectos que esto pueda tener en su medio ambiente. Ni siquiera en el medioambiente de otros.
En los años 80, la empresa sueca Boliden envío residuos tóxicos a Chile, que por aquel entonces se encontraba bajo una dictadura militar. Boliden pagó a una empresa chilena para que se hiciera cargo de los residuos, que acabaron enterrados muy cerca de la desértica ciudad de Arica. Eran residuos muy tóxicos, con sustancias como el arsénico, que provocaron que la población desarrollara infecciones, enfermedades, diversos tipos de cáncer e incluso defectos en los recién nacidos.
En 2006 el caso llamó la atención de Lars Edman, un chileno que creció en Boliden, y que realizó en ese año el documental Toxic Playground para llamar la atención sobre el caso de Arica. El nombre del documental hace mención al parque infantil edificado sobre lo que en los 80 fue una fosa de residuos tóxicos. El film provocó la atención mediática y suscitó una demanda de las víctimas de Arica contra la empresa sueca. Este nuevo documental trata todo el proceso judicial contra Boliden y la búsqueda de justicia y reparación mientras recoge el testimonio de las miles de personas afectadas por este terrible suceso.
La hipocresía del primer mundo
El documental trata desde un caso muy particular una práctica muy habitual de los países más ricos y que muchas veces se pasa por alto o se desconoce. Y es que muchos de los países que se denominan «más desarrollados» se permiten el lujo de explotar recursos naturales y producir residuos altamente tóxicos y contaminantes para después pagar a otros países más pobres y así mantener su ecosistema limpio y sus conciencias tranquilas. Todo ello mientras la naturaleza y la población de determinadas zonas superpobladas y subdesarrolladas pagan la vanidad y la hipocresía de los países ricos, curiosamente los primeros en pedir esfuerzos climáticos y convocar cumbres contra el calentamiento global.
La sostenibilidad actual se basa en una gran mentira, como deja claro el documental: para que países como Suecia puedan explotar sus recursos, mantener limpias sus aguas y a su población a salvo, la gente de otros países como Chile debe pagarlo con su salud. Todo a cambio de un dinero que no significa otra cosa más que un soborno para sus élites.
En busca de justicia
El docufilm, entendido como una segunda parte del estrenado en 2006, se centra en el proceso judicial iniciado en 2011. En palabras de las propias víctimas: «es una cuestión de justicia y de derechos humanos».
Los testimonios de los afectados por los residuos tóxicos de Boliden aparecen tanto recopilados por los directores como en el propio juicio, en el cual la empresa niega lo evidente. Los ciudadanos de Arica tratan de demostrar la relación entre los residuos y sus distintas dolencias y enfermedades en un intento de esclarecer los hechos y demostrar la realidad.
Documentales como Arica ponen de manifiesto el necesario trabajo de los activistas y su lucha contra la contaminación de las grandes multinacionales, así como su búsqueda de justicia ante una empresa que pone todos sus recursos al servicio de una gran mentira. Exponer y denunciar estas situaciones es un sacrificio y un deber del que todos debemos participar. Un documental muy recomendable sobre la responsabilidad que los seres humanos tenemos con el planeta y con nosotros mismos.
Dirección: Lars Edman y William Johansson Kalén.
Género: Documental.
Duración: 97 minutos.
Fecha de estreno: 25 de octubre de 2021.
