El documental forma parte de la edición de este año del Another Way Film Festival
Karl Ammann era fotógrafo en África Central en 1989. Allí, quedó impactado al ver como las tribus locales y los habitantes de las costas del río Congo comerciaban con las especies animales de la zona. Monos, elefantes, cocodrilos… animales salvajes cazados y vendidos con toda clase de fines: desde la alimentación hasta el uso de materiales como sus dientes, sus huesos o su piel. Estas actividades provocan un impacto en la naturaleza y sobre las propias especies animales, además de ser un acto cruel y despiadado.
A partir de ese momento, Karl Ammann se convirtió en un dedicado conservacionista empeñado en perseguir, documentar y denunciar el tráfico ilegal de animales y la caza furtiva. Con la ayuda de Laurin Merz, en este documental, The Tiger Mafia, llevan a cabo una investigación periodística que se ha alargado durante 10 años y que se centra en el lugar del mundo donde el tráfico ilegal de animales campa a sus anchas, bajo un estricto orden y la permisividad de las autoridades: el sudeste asiático.
Las mafias y el tráfico de animales, al descubierto
El sur de China, Laos, Vietnam y Tailandia se han convertido en el paraíso para los traficantes de especies como el tigre de Bengala, capturado, torturado y hacinado en grandes instalaciones y vendido al mejor postor. Karl se infiltra y documenta en estas mafias que torturan y asesinan a los tigres para conseguir su piel, sus huesos, sus dientes o su carne. Karl logra infiltrarse gracias a la ayuda de gente local y documenta todo con cámaras ocultas que demuestran las increíbles atrocidades de estas mafias y el terrible sufrimiento que causan a uno de los animales más bellos de la Tierra.
Macro Granjas clandestinas en las que estos animales viven hacinados o incluso grandes parques de tigres que clandestinamente comercian con ellos. Todos están implicados y reaccionan con violencia si descubren las cámaras de Karl. Incluso las autoridades locales, como la Policía o los controles fronterizos, son sobornados para permitir estas actividades.
El contrabando de animales, un problema muy vigente en la actualidad
Pese a que los esfuerzos de Karl son reconocidos por las instituciones y por publicaciones como la revista Time, estas actividades ilegales continúan en ascenso en estos países, con nuevas instalaciones como granjas ilegales de tigres y primates en Laos, Vietnam y Tailandia. En el documental se denuncia esta situación y se aclara que es necesario un mayor compromiso y una legislación más estricta a nivel nacional e internacional.
El reportaje brilla por su verosimilitud y por su rigor como una investigación periodística de calidad. El testimonio y las imágenes de Karl destacan por la terrible realidad que reflejan, y su retrato de ese mundo sórdido, sucio y clandestino que representan estas granjas ilegales y estas mafias de tráfico de animales.
Se presenta una mafia perfectamente organizada con una jerarquía y una serie de herramientas (desde matones hasta helicópteros y camiones) para cumplir sus objetivos y evitar miradas indiscretas, especialmente de periodistas. El riesgo que asumen Karl y sus colaboradores es otra de las grandes bazas de este documental que juega con varios momentos de riesgo y de tensión.
Un testimonio sobre una realidad incómoda
Sin duda, The Tiger Mafia es mucho más que un documental, es la realidad que trata de denunciar. Muchos damos por hecho que existen este tipo de problemas en algunos países, pero este documental ayuda a abrir los ojos sobre la suerte que corren cientos de miles de animales al año al caer en las redes de estas mafias, en lo que constituye todo un atentado para la naturaleza.
Una verdad incómoda que este gran reportaje periodístico ayuda a documentar, y sobre todo a remover conciencias. La vanidad, el egoísmo y la falta de respeto por la vida de estos animales es realmente sobrecogedora.
The Tiger Mafia es una pequeña joya del género documental, y sin duda una pieza periodística que ha llevado muchísimo esfuerzo realizar. Si tenéis oportunidad, no os la perdáis. El testimonio de Karl y el llamamiento de ayuda a estos animales bien merece la pena.