Si lo pensamos fríamente, sorprende lo mucho que sigue dando de sí el cine de tiburones. Desde la mítica Tiburón de Steven Spielberg hemos tenido infinidad de películas con este pez como protagonista. Y la propuesta seria (que tendremos Sharknado nuevo a final de mes) de este año es Infierno Azul.
La cuestión es, ¿qué ofrece Infierno Azul que no hayamos visto mil veces antes? Curiosamente se las arreglan para ser originales (hasta cierto punto). Por un lado, toda la película transcurre en una misma localización totalmente cotidiana, una tranquila playa en México. Además cuenta prácticamente con la única interpretación de Blake Lively (The Town, 2010). El resto de actores, siete en total, apenas tienen tiempo en pantalla. Cambien incorpora una forma un tanto peculiar de intentar mostrar la dependencia que tenemos ahora de las tecnologías, de la que hablaré un poco más abajo.
Todos estos puntos tienen sus riesgos, pero en un tema tan manido como este, o arriesgas o te quedas en una anécdota. Y en este caso al realizador catalán Jaume Collet-Serra (La Huerfana, 2009) le ha salido bastante bien. Al centrar toda la acción en una playa consigue generar una sensación de agobio al tener la protagonista la salvación a unos metros y no poder llegar a ella. La cuidada fotografía y la belleza del lugar contribuyen aún más a dar esa impresión. La jugada de que toda la carga interpretativa recaiga sobre una única actriz puede hacer que la película sea un desastre, pero Lively sabe mantener el tipo, y nos da una interpretación bastante creíble a lo largo de la casi hora y media que dura el largometraje. Y está presente en todas las escenas, de inicio a fin.
Por otro lado hay ciertas cosas que no. El sobreponer a la imagen las pantallas de los distintos dispositivos tecnológicos que va usando (desde el móvil, al reloj, pasando por una go-pro) queda un poco forzado, y uno no tiene muy claro lo que te pretenden decir con ello, o si te quieren decir algo y no es puramente estético. Se puede llegar en lo segundo por las escenas de surf con música de fondo tipo videoclip que tenemos también al principio. Recurso muy manido y que resta seriedad (aunque se ve que funciona, porque si no no se vería tanto). Así que no tengo claro si se pretendía hacer un crítica al abuso de la tecnología en estos días, pero como que no se consigue.
Aun así, en su conjunto Infierno Azul es una película entretenida, con un propósito claro que en mi opinión cumple. En su breve duración (películas de menos de hora y media son cada vez más raras) consigue mantener al espectador pendiente, y genera la tensión que promete. Evidentemente no es perfecta, ni se esperaba que lo fuese, pero sí que da para pasar un buen rato si te gusta el genero.








