Recordemos Aquellos Maravillosos 80
Los 80 siempre han sido (y siguen siendo) una cantera de inspiración para Hollywood. A lo largo de la década de los 70 se fue desarrollando un tipo de producción cinematográfica que conocería su época dorada en los 80: el blockbuster. Películas comerciales que buscaban atraer al público para llenar salas de cine, producciones hechas para recaudar millones en taquilla y con un presupuesto no muy alto, que vuelven a la gran pantalla con una potente recaudación. Entre ellas destacó Acorralado (Rambo), Los Cazafantasmas, Gremlins, Top Gun, La jungla de cristal o Pesadilla en Elm Street.
También destacaron en los 80, grandes películas que marcaron a toda una generación y que aún hoy siguen siendo obras maestras del séptimo arte como Los Goonies, El resplandor, Rain Man, El nombre de la rosa, Cuenta conmigo o La misión.
Repasamos las mejores películas de la “década dorada del blockbuster” y de la industria cinematográfica que sirvieron de inspiración para todas las producciones que vinieron después (y que seguirán llegando).
E.T., el extraterrestre (1982)
E.T. es sin duda la película más representativa del cine que se hizo a lo largo de los 80. La historia del extraterrestre que es abandonado en la Tierra y busca desesperadamente la forma de volver a casa, se convirtió en un ejemplo a seguir en la industria por su indiscutible éxito de público. Alabada hasta la saciedad por la crítica, la cinta del “Rey Midas de Hollywood”, Steven Spielberg (El puente de los espías), quedó grabada a fuego en la memoria de toda una generación y se transformó instantáneamente en una fuente de inspiración de la que beberán J.J. Abrams para Super 8 o la serie de los hermanos Duffer, Stranger Things.
Indiana Jones (1981-1989)
La trilogía que Spielberg inició en 1981 con En busca del arca perdida, es otra de las muestras de lo que fue el maravilloso cine de los años 80 (mejor olvidemos la cuarta entrega del año 2008, Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal). La trilogía ochentera sobre las aventuras del intrépido arqueólogo Indiana Jones recaudaron 1.191 millones dólares – a lo que habría que sumar los 786 millones de la cuarta entrega – y se convirtió en un hito cinematográfico a la altura de la trilogía que marcó los años setenta: La guerra de las galaxias de George Lucas. Indiana Jones es todavía un modelo a seguir para todo tipo de bockbusters de aventuras como la saga de Gore Verbinski Piratas del Caribe.
Blade Runner (1982)
A principios de la “década de oro del blockbuster”, el visionario Ridley Scott (Marte) sorprendió con una gran película basada en el libro de Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Esta cinta de ciencia ficción, distópica y con un gran trasfondo filosófico se alzó inmediatamente como una película de culto y se consagró como una de las grandes joyas del séptimo arte. Muchas de las producciones de ciencia ficción actuales, como Ex Machina (Alex Garland, 2015), encuentran inspiración constante en la cinta de Scott.
Regreso al futuro (1985-1990)
Lo que empezaron Lucas, Spielberg o Scott en el cine de ciencia ficción o fantástico, encontraría uno de sus grandes filones en la comedia de la mano de Robert Zemeckis (Forrest Gump) en su trilogía Regreso al futuro. El viaje de Mary McFly (Michael J. Fox) en la máquina del tiempo que fabrica “Doc” Emmett Brown (Christopher Lloyd) a partir de un viejo DeLorean, llevó a millones de espectadores en todo el mundo a revivir su infancia y a imaginar cómo sería su vida si pudieran cambiar el pasado.
El club de los poetas muertos (1989)
Peter Weir (Master and Commander: Al otro lado del mundo) cerró la década de los ochenta con un película que es un canto a la vida y a la importancia de luchar para alcanzar nuestros sueños. La historia del profesor Keating, interpretado por el inigualable Robin Williams (El indomable Will Hunting), y de los alumnos de la Academia Welton, entre los que destacan Robert Sean Leonard (House) y Ethan Hawke (Antes del amanecer), una película con un guión excepcional y con grandes interpretaciones que es, sin duda, una de las grandes maravillas del séptimo arte y que marcó a toda una generación y sigue marcando a todos aquellos que se sumergen en ella.












