Con el reciente estreno de Creed II , en Moobys toca hablar de Hans (artísticamente Dolph) Lundgren, actor, director, productor y patea-culos en su tiempo libre.
Lundgren, hijo de sangre y fuego
Nacido en Suecia, Lundgren no era el prototipo de actor hollywoodiense, por no hablar de su inicial interés en las artes marciales y su licenciatura en ingeniería química en la Universidad de Estocolmo y un trabajo de portero de discoteca. Atención aparte merece su durísima infancia, marcada por una difícil relación con su padre teñida de abusos.
Sería en un viaje a Boston cuando vería la oportunidad de presentarse a un casting para Rocky IV, obteniendo obviamente el papel de Iván Drago, el cual le lanzaría al estrellato. A pesar de esto, ya había participado antes en el mundo de cine con su pequeña aparición en el filme Bond Panorama para Matar. Sería en el 87 con la película Masters del Universo cuando conseguiría su primer papel como protagonista, y para entonces ya era todo un icono de la moda por su destacable físico.
40 años de dedicación profesional
Desde entonces se ha convertido en uno de los mayores referentes del cine de acción de último siglo y también del actual, con multitud de títulos como Escorpión Rojo, The Punisher o Los Mercenarios entre muchos otros más. Ha matado, sangrado, corrido, sudado y machacado allá donde pisaba, y desde el primer momento ha sabido cautivarnos con esa sonrisa tan serena y sorprendente teniendo en cuenta el tipo de papeles que suele interpretar. Puede que no sea el más consagrado actor de las últimas décadas, pero sí es de los que ha sabido hacernos pasar horas y horas de buenos ratos, y eso es de agradecer, y mucho.
Dicho esto, solo queda agradecer al sueco habernos brindado casi cuarenta años de dedicación profesional, y a sus 61 años seguir al pie del cañón. Desde aquí seguiremos sus pasos en todo momento y para terminar os dejamos nuestra última entrevista, donde hizo gala de su ya mencionado carisma y saber estar. Solo queda decir gracias.
