Dear future children, una generación necesaria
«Queridos futuros hijos o hijas (Dear future children): Debemos ser el cambio que queremos en el mundo. Por eso lucho.» Bien podría ser este el comienzo de las cartas de Rayen, Hilda y Pepper a su descendencia. Las tres jóvenes mujeres están a medio mundo de distancia entre ellas, pero cada una comparece cada día a su lucha por un futuro mejor. Los enemigos son titánicos: Injusticia social, irresponsabilidad medioambiental, represión de la identidad; y todos sus posibles derivados. Pero una vez dentro, ya no hay salida: detenerse es rendirse.
En medio de un crecimiento de las protestas a nivel global, Dear future children se estrena en diferentes ciudades de España el 21 de Octubre. Esta potente película documental llega cargada de «Premios de la audiencia» de diferentes festivales, y no es para menos. Bien construida y guionizada, no solo nos muestra la lucha de las tres jóvenes, sino que nos implica en ella. Y por supuesto, deja a cualquier observador con un mínimo de conciencia con una pregunta clavada en la mente como una astilla: «¿Estoy haciendo yo lo suficiente por garantizar un futuro mejor».
Tres heroínas anónimas
Rayen vive en Santiago de Chile, ciudad centro de las protestas contra la injusticia social en todo el país. Al igual que su padre, Rayen es activista por los derechos de la gente más humilde en una nación con amplias desigualdades y servicios tan básicos como el agua o la sanidad completamente privatizados. La lucha contra el gobierno es encarnizada y la policía abusa de su fuerza sin miramientos, causando heridos y hasta muertos. En esta tesitura, Rayen convierte el miedo y la rabia en energía para seguir adelante.
Las lluvias torrenciales y las sequías prolongadas obligaron a la familia de Hilda a vender sus tierras y su ganado para sobrevivir. No fue hasta ser algo mayor cuando Hilda se dio cuenta de que dichos estragos fueron causados por el cambio climático. Desde entonces se ha dedicado por entero al activismo medioambiental, tanto concienciando e informando a la gente como limpiando con sus propias manos. Su objetivo es lograr despertar a la la humanidad a nivel global, e implicarse en una lucha contra su propia complacencia en favor de un planeta sostenible.
Cuando Hong Kong fue devuelto a China por los británicos, a sus habitantes se les prometió que mantendrían su identidad y su libertad. No fue así, y la joven Pepper no dudó en unirse al activismo para asegurar que se cumplía esa promesa. La lucha de la joven contra la privación de libertades por parte de un gobierno totalitario impuesto es tenaz y obstinada. El enemigo es ciclópeo, gigantesco, imponente, y tiene el poder de hacerte desaparece chasqueando los dedos. A veces es difícil vencer al miedo, pero Pepper sigue haciéndolo cada día.
Emociones a flor de piel
Si hay algo capaz de conmover al ser humano es la pasión, y pasión es lo que rezuma el activismo de estas tres jóvenes. Lo mejor de Dear future children es como logra que esa pasión traspase la pantalla. Cuando empieza, temes estar viendo otro de los (por desgracia) innumerables documentales sobre injusticias, vacíos y machacones. Cuando termina quieres salir tú también a intentar cambiar el mundo a mejor. Y no precisamente porque vayas a ganar. De hecho, lo que más se muestra es lo duro que es el activismo: el sacrificio, el desgaste, el miedo, la frustración, la derrota. Ganar cada centímetro requiere un esfuerzo desmesurado, y aún así, sabes que es lo correcto.
Toda persona joven (o no tan joven) debería ver Dear future children. No solo tiene la mencionada capacidad de emocionar e incitar a la acción, sino que formalmente es un documental muy dinámico e interesante. El aburrimiento o el tedio no tiene hueco en las historias e Rayen, Hilda y Pepper. El intercalar las historias funciona, no nos da tiempo a «dormirnos» en una, cuando ya llega una avalancha de información de la siguiente.
En resumidas cuentas, Dear future children es un documental altamente recomendable para todo el mundo, pero en especial para esa generación dueña del futuro que necesita ser preservado y asegurado, algo que no se consigue sin lucha y activismo.
Dirección: Franz Böhm.
Duración: 89 minutos.
Estreno: 21 de octubre de 2021.
