Lo nuevo de Asier Altuna
Dirigida por Asier Altuna, Karmele adapta la novela de Kirmen Uribe con una sensibilidad poética. Eneko Sagardoy y Jone Laspiur brillan en esta historia sobre amor, guerra y esperanza. Hay películas que no solo cuentan una historia, sino que también guardan la memoria de un pueblo.
Karmele, la nueva obra de Asier Altuna, es una de ellas. Basada en el libro de Kirmen Uribe, la película combina el drama íntimo con la historia colectiva, creando un relato que viaja desde el País Vasco hasta el exilio francés, sin perder nunca su raíz emocional ni su elegancia estética.
Inspirada en la vida real de Karmele Urresti —enfermera, militante y mujer marcada por el exilio—, la cinta nos sumerge en un tiempo donde la guerra lo condiciona todo: los amores, los ideales, los sueños. Jone Laspiur interpreta a Karmele con una fuerza tranquila, esa que se manifiesta en la mirada más que en la palabra, mientras Eneko Sagardoy encarna a Txomin Letamendi, músico y militante antifascista, con el magnetismo de quien lleva el arte y la rebeldía en la sangre.
La historia arranca en los años 30, con la Guerra Civil española en ciernes. Karmele y Txomin se enamoran en un contexto donde amar es también resistir. Tras la derrota republicana, llega el exilio: primero a Francia pero la distancia no apaga los ideales ni el deseo de volver a un lugar que ya no existe. A través de cartas, canciones y recuerdos, la película retrata el desarraigo y la esperanza como dos caras de la misma moneda.
Un romance atravesado por la historia
Asier Altuna, conocido por Amama y Bertsolari, vuelve a demostrar su sensibilidad para contar historias enraizadas en la identidad vasca. Aquí construye un drama donde lo político y lo emocional van de la mano. La cámara observa más que enfatiza, y ese estilo contemplativo convierte cada plano en un pequeño cuadro lleno de significado.
El director apuesta por una narrativa poética, en la que el tiempo fluye entre pasado y presente con naturalidad. No hay prisas, pero tampoco artificios. La belleza está en los detalles, Karmele es cine que respira, que pide al espectador mirar y sentir.
Actuaciones que emocionan sin exceso
Jone Laspiur ofrece una interpretación contenida pero llena de matices. Su personaje es una mujer que sufre, ama y espera, pero nunca se quiebra. Hay una enorme honestidad en su actuación: no busca el dramatismo, sino la verdad. Eneko Sagardoy, por su parte, aporta el equilibrio perfecto. Con su voz, su presencia y su mirada melancólica, logra transmitir la pasión del artista y el compromiso con sus ideales.
La química entre ambos es uno de los pilares de la película. No es un amor de grandes gestos, sino de silencios compartidos, de complicidad. Cuando están en pantalla, basta una mirada para entender años de separación y promesas incumplidas.
Una estética que atrapa
Si algo distingue a Karmele es su factura visual. Asier Altuna cuida cada encuadre, la fotografía, de tonos suaves y luz natural, recrea la atmósfera de una época sin necesidad de artificios.
Hay algo profundamente poético en la forma en que la cámara se detiene sobre un rostro o un paisaje. Las localizaciones se integran con delicadeza, reflejando la dualidad del exilio: un lugar que se ama y del que uno se ve obligado a huir.
El resultado es una película elegante, íntima y profundamente emocional. Es, ante todo, una carta de amor: a la memoria, a la tierra y a la dignidad. El director logra que la adaptación de Kirmen Uribe conserve su esencia literaria, pero la transforma en un lenguaje propio, cinematográfico y universal. Una historia sobre el poder de resistir cuando todo parece perdido.
Dirección: Asier Altuna / Guion: Asier Altuna / Reparto: Jone Laspiur, Eneko Sagardoy, Nagore Aranburu, Javier Barandiaran, etc. / Género: Drama / Duración: 114 minutos / Fecha de estreno: 10 de octubre de 2025.
