Una comedia negra con corazón
Dirigida por Guillem Miró, Mario mezcla comedia negra y drama en una historia sobre segundas oportunidades. Un reparto brillante da vida a una película tan amarga como divertida.
Hay películas que se ganan al público desde la sutileza. Mario de Guillem Miró, lo hace con una mezcla perfecta entre humor negro y melancolía. Sin grandes artificios, el director construye un retrato íntimo de la soledad, el fracaso y la búsqueda de sentido en medio del caos cotidiano. Todo con ese aire mediterráneo, cálido y contradictorio, que convierte lo pequeño en universal.
Mario no suele celebrar su cumpleaños, pero su novia Antonia le tiene preparada una gran sorpresa, una fiesta con algunos amigos a los que ha juntado en su casa. A primera vista, Mario parece el hombre perfecto, pero en la reunión empezarán a salir contradicciones, relatos muy raros a los que tendrán que hacer frente el protagonista de esta gran historia.
A partir de ahí, la película nos sumerge en una cadena de encuentros y desencuentros, donde cada personaje que se cruza con Mario añade una nueva capa a esta tragicomedia existencial. Con un ritmo pausado pero firme, Miró evita el drama lacrimógeno para apostar por la ironía, el absurdo y ese tipo de humor que nace de la incomodidad.
Verdades dolorosas ¿o no?
El gran acierto de Mario está en su equilibrio. Guillem Miró no se decanta ni por la risa ni por la tristeza: las entrelaza. La película encuentra humor en lo cotidiano, incluso en los momentos más desesperados. Hay situaciones que rozan lo surrealista, pero siempre con los pies en la tierra.
El director se atreve a reírse de la frustración, de las contradicciones de la vida moderna. Pero nunca lo hace desde la burla, sino desde la empatía. La dirección de Miró se apoya en un guion que sabe dosificar el humor, alternando silencios incómodos con diálogos llenos de ingenio. Los personajes hablan como lo haría cualquiera, pero sus frases encierran verdades dolorosas que te hacen reír justo antes de dejarte pensando.
El protagonista Jaume Madaula ofrece una actuación llena de matices: su Mario es torpe y entrañable, en cierta medida (todo hay que decirlo). A su alrededor, el elenco brilla con la misma energía.
Destaca también la química entre los actores, natural y sin imposturas. Hay momentos que parecen improvisados, conversaciones que podrían haberse oído en cualquier bar o plaza. Esa autenticidad es uno de los grandes logros que tiene la película.
El montaje mantiene un ritmo tranquilo, dejando respirar a los personajes y permitiendo que el humor aparezca de manera orgánica. La música, discreta y melancólica, acompaña los estados de ánimo sin invadirlos.
Guillem Miró estrena una cinta divertida y amarga, donde cada risa deja un regusto de melancolía. Con este tono de comedia negra perfectamente medido, Mario logra algo difícil: nos hace reír sin perder profundidad, una pequeña joya para ver en la cartelera española.
Dirección: Guillem Miró / Guion: Guillem Miró, Ana Inés Fernández / Reparto: Gloria March, Jaume Madaula, Miquel Gelabert, Alba Pujol, José Pérez Ocaña, Daniel Bayona, Jaume Gálvez Gimeno, etc. / Género: Comedia negra / Duración: 90 minutos / Fecha de estreno: 10 de octubre de 2025.