A Mercedes Barrantes, por apoyar y respetar siempre al arte y a los artistas.
Realmente y siendo honesta conmigo misma, hacía tiempo que un montaje teatral no me encerraba tanto en una burbuja hermética y absorbía toda mi atención irrevocablemente hasta el escenario. Ahí estaba, en medio de un cuadrilátero negro, con una tenue luz iluminándola, sin decorado, expresión pura. Quizá fuera una posible novia...