Rosa Montero
¿Cuáles son las claves literarias de esta novela? No siempre es fácil saberlo y en toda interpretación, al final, hay opinión. Lo cierto es que las que aquí aparecen están entretejidas al hilo de una biografía ficticia de Marie Curie. En ella destaca alguno de sus momentos más relevantes para entender su comportamiento como mujer de ciencia.
Estos episodios de vida le sirven a Rosa Montero para enlazarlos con los suyos y así reflexionar sobre toda su experiencia vital, pero más concretamente para ahondar sobre la muerte reciente de su marido Pablo Lizcano. Así pues, con todo eso la autora construye a través del recuerdo una memoria individual que le permite tener presente esos buenos momentos vividos con él. Pero también levanta los cimientos de una memoria colectiva a través de diferentes claves conocidas por una mayoría y que favorecen que el lector empaticé rápidamente con lo que se está contando.
Tal y como explicó Rosa Montero en una entrevista para Periodista digital, en un principio la editorial Seix Barral le pidió que confeccionase un prólogo a ese diario de la científica, pero tras ahondar en su vida y verse reflejada en ella, logró construir un auténtico manual de vida elaborado desde la introspección personal.
En realidad y por otra parte, el título hace verdadera justicia a toda la obra, puesto que la autora-protagonista se plantea lo ridículo que le resulta que su esposo tras fallecer ya no esté con ella, al igual que le debió de suceder a Marie Curie. De esta manera, formula la ya conocida regla universal de que el ser humano vive para con otro. La pérdida de un ser querido, como es el caso, ocasiona un profundo dolor y nostalgia sobre ella, tanto que le llega a resultar absurda y desembocará en una soledad con la que intentará romper a través de este discurso, de este libro.
Sin embargo, el objetivo de la autora es reinventarse tras esa pérdida y para ello utiliza como arma la palabra y más en concreto, la literatura. En esta obra lo literario es más que un refugio ante una pena o un mundo hacia donde evadirse, es una técnica con la que enfrenta el dolor para convertirlo en arte puro. Con ella no hace apología del sufrimiento, sino que lo trasforma en una experiencia vital llena de toda la belleza que puede contener lo que nos deja el individuo que fallece: el recuerdo.
Otra de las claves de esta obra es la intertextualidad, entendida aquí como metaliteratura o metalenguaje. Continuamente se establecen referencias directas e indirectas a otras obras, autores y textos. Quizá el comunicar y la conversación sean dos rasgos comunes a Rosa Montero debido de nuevo, a su vocación periodística.
Con este libro defenderá el poder de la propia elección, el valor del aquí y el ahora como lema de vida –carpe diem–, la cotidianidad y la sencillez. En definitiva, apostará por las historias que no están documentadas. Una verdadera intrahistoria unamuniana del mundo, que a veces es más relevante e interesante que lo histórico. La autora logra construir a través de secuencias o diapositivas vitales, un manual vital que puede extrapolarse a cualquier experiencia humana. Busca hacer de la literatura como de los sentimientos una materia universal y reconocible.
Más allá de lo formal y estético de la obra, subyace una gran lección moral y vital. La soledad, el dolor, el amor, la amistad, el poder de las palabras, la felicidad, la superación y en definitiva la existencia, son valores sobre los que Rosa Montero profundiza y con su libro realiza un auténtico canto a la vida y regala a los lectores una sentencia absoluta que retoma de Carmen Martín Gaite: “merece la pena vivir, aunque sea duro”. Porque en realidad, lo más importante de la vida es eso: vivirla.
