Caracas por dentro
Armando (Alfredo Castro) regenta un laboratorio de prótesis dentales, al tiempo que satisface sus deseos observando a jóvenes caraqueños a cambio de dinero. En una de sus particulares búsquedas conoce a Elder (Luis Silva), un muchacho indomable criado en las calles de Caracas, en donde se gana la vida en un taller de coches y delinquiendo. Aunque al principio sólo sea capaz de sentir rechazo, pronto Elder comienza a desarrollar un profundo vínculo hacia Armando, a quien le une un pasado exento de referencias paternales a las que poder seguir.
Antes de valorar particularmente los detalles que hacen interesante y notable a esta película, conviene precisar que no se trata de un romance homosexual al uso. En este drama intervienen muchos más elementos que ayudan a determinar la lenta progresión de los protagonistas, cómo desarrollan su conducta y qué tipo de relación se va gestando entre ellos. De este modo, Desde allá no se detiene en sentimientos terrenales, sino que ahonda en la psicología de sus personajes y trata de dotarles de una relevancia mayor que su propia sexualidad. Precisamente por esto la película triunfa, por saber encontrarse a sí misma.
Lorenzo Vigas debuta en la gran pantalla con admirable personalidad y sentido narrativo, conteniendo y sofocando un drama que fácilmente se le podía haber ido de las manos por sus propias pretensiones. La naturaleza salvaje e imprevisible del protagonista chocan de lleno con su más profunda necesidad de aprecio y cariño, por un sentido de pertenencia ausente que se ve ampliamente compensado por la compañía de Armando. La narrativa aquí discurre a favor de la imagen, no del diálogo, lo que unido a la total ausencia de banda sonora termina confeccionando una película muy notable en su ejecución. Así, el espectador comprende a los protagonistas por sus gestos, por sus silencios, por las miradas de deseo, por sus temores y rechazos; no por medio de un guión que podría haber llenado de retórica sensacionalista una cinta muy compensada y equilibrada.
Con todo, el desarrollo narrativo transita de mayor a menor interés conforme pasan los minutos. A más conocemos a los protagonistas y su trasfondo, más se pierde el sentido inicial, culpa en gran medida de unos giros argumentales algo artificiosos. Esto termina causando resquemor en según qué momentos, de modo que el buen sabor de boca final viene motivado más por lo que no se cuenta ni se ve (el vínculo entre ambos, su deseo y sus sentimientos) que por lo que el guión verdaderamente transmite. Por otro lado, conviene valorar el gran trabajo realizado a la hora de construir todo el contexto de la obra. Caracas parece realmente viva, llena de peligros y de personas muy dispares entre sí, logrando que el espectador se meta de lleno en este peculiar trasfondo.
En conclusión, Desde Allá construye y estudia casi al milímetro a sus personajes, haciendo que la película respire más a través de ellos que por medio de los hechos propiamente acaecidos. Salvo algunos giros de guión, el drama no sobrepasa la línea que divide a las películas verosímiles de las que no lo son, confeccionando una obra capaz de llegar a lo más profundo de su público sin necesidad de experiencias traumáticas ni lacrimales. El tratamiento que se le da a la sexualidad y a la propia evolución personal de los protagonistas es más que satisfactorio, por lo que es perfecta para quienes gusten de películas sosegadas y que rompan con las estrictas pautas del convencionalismo cinematográfico.
Director: Lorenzo Vigas
Reparto: Alfredo Castro, Luis Silva, Jericó Montilla, Catherina Cardozo, Marcos Moreno.
