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    [Libros] La conjura de los necios.

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    Cuando el escritor John Kennedy Toole se dio cuenta de que su novela jamás sería publicada, decidió suicidarse. Después de que su editor rechazase la que el joven escritor consideraba una gran obra maestra, Toole empezó a emborracharse y abandonó su puesto de profesor en la universidad de Tulane. El rechazo a La conjura de los necios lo dejó sumido en una profunda depresión a la que pondría fin acabando con su vida. Ignatius J. Reilly, el estrambótico personaje creado por Toole, consiguió acabar con su autor.

    Tras el suicidio del escritor, Thelma Toole insistió hasta la saciedad al novelista Walker Percy para que leyera la obra de su hijo. Percy aceptó, ante la insistencia de la madre, y leyó las primeras páginas de La conjura de los necios, cuya genialidad atrapó al novelista. Fue entonces cuando se publicó, tras los infructuosos intensos del autor, la obra que marcaría a toda una generación y que le otorgaría, póstumamente, el prestigioso Premio Pulitzer a Toole en 1981.

    John Kennedy Toole

    Definir la novela de Toole, que se ha convertido en una auténtica obra maestra de la literatura norteamericana, no es fácil. El autor disfraza de tragicomedia o de comedia negra lo que es una mordaz crítica de la sociedad egoísta y, en muchas ocasiones, cruel en la que vivimos. El protagonista, Ignatius J. Reilly, es uno de los personajes más estrambóticos y cínicos de la historia de la literatura; un inadaptado que vive con su madre y que escribe en cientos de libretas sus ideas sobre la sociedad y la moral. Hasta que un día, por culpa de la Fortuna, Ignatius se ve obligado a contribuir al mantenimiento de la sociedad a la que tanto odia, trabajando.

    A través de Ignatius, Toole pinta, con una escritora directa y extremadamente irónica, el retrato de una sociedad corrompida que tiene difícil solución. Bajo las hilarantes situaciones que vive el protagonista a lo largo de toda la novela, subyace una crítica al capitalismo y a la vida moderna que arrancará sonrisas y dejará al lector pensando en lo que se ha convertido la vida. Las similitudes entre la vida de Toole y la de Ignatius llegan hasta el extremo de que Ignatius parece una representación literaria de las preocupaciones del propio autor.

    Hoy, John Kennedy Toole está reconocido como el gran escritor que fue (aunque su obra es prácticamente desconocida) y el peculiar Ignatius J. Reilly tiene una estatua en su honor en Nueva Orleans.

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