Siempre he pensado que la transferencia entre géneros artísticos tiene que ser muy compleja, pero llevar a la gran pantalla una obra de teatro considero que es de lo más complicado. Recientemente alguno se ha atrevido y, tengo que admitir que con éxito. Ejemplo de ello es La Novia, película en la que Paula Ortiz adaptó Bodas de sangre de Federico García Lorca. ¿Por qué menciono ahora este largometraje? Quizá porque me recuerda, en la forma de contar, a la última mirada cinematográfica de Xavier Dolan.
En este caso, el director ha adaptado una obra teatral de Jean-Luc Lagarce y lo ha hecho intentando respetar el texto, según él mismo afirma. No puedo decir nada al respecto porque no lo he leído, pero lo que Dolan intenta transmitir en su última película es mucha emotividad y demuestra una gran sensibilidad.
Con un título que más bien parece de película de ciencia ficción, ¿qué cuenta Sólo el fin del mundo? Es la historia de una vuelta a las raíces, de un volver sobre los pasos que un día dimos huyendo quién sabe de qué, es una anagnórisis de uno mismo. Se ahonda en muchos temas, cotidianos y existenciales, entremezclados entre ellos. Doce años han pasado desde que Louis abandonara su hogar y con él a su familia, con el propósito de ser feliz fuera de aquella jaula de la que se sentía prisionero. El tiempo y el espacio le han convertido en un reputado escritor y autor, cuyo único objetivo ahora es volver al que un día fue su hogar para comunicar a su familia que se está muriendo. Con un arranque así de impactante, el resto del largometraje no pierde tensión: conversaciones pendientes, abrazos rotos, miradas cómplices y un sinfín de detalles que enlazan a la perfección una trama que no va a dejar indiferente al espectador.
Hay que mencionar la excelente actuación de todo el elenco, puesto que creo que es un filme en el que las miradas y los silencios dicen mucho más que las palabras. Es una historia para sentir y dejar que te invada.
Dirección: Xavier Dolan.
Reparto: Gaspar Ulliel, Nathalie Baye, Léa Seydoux, Vicent Cassel y Marion Cotillard.
