El próximo 11 de junio a las 22.00 en Cosmopolitan
La cadena de televisión Cosmopolitan trae en exclusiva a España la miniserie de cuatro capítulos Kennedys: After Camelot, secuela de Los Kennedy, estrenada en el año 2011 y protagonizada por la misma actriz, Katie Holmes.
Kennedys: After Camelot se ha concebido como la continuación de Los Kennedys, y se inicia la noche en la que Robert Francis “Bobby” Kennedy es asesinado en el año 1968. Jackie le tenía mucho aprecio y vuelve a sentirse sola y perdida al tiempo que se da a conocer su idilio con Aristóteles Onasis (Alexander Siddg). Pero la principal novedad de esta secuela, sin duda, es la aparición de Matthew Perry, (famoso gracias a su interpretación de Chandler en Friends) como Ted Kennedy, un político que intenta estar a la misma altura que sus hermanos y cumplir con las expectativas de todos. Para rodar esta miniserie, Matthew fue transformado: tuvo que engordar bastantes kilos y se le puso también una prótesis nasal para parecerse más a su personaje.
Con esta miniserie que complementa la otra, se concluye la historia de los Kennedy, una de las familias más poderosas y también más desgraciadas de Estados Unidos. Tanto es así que incluso se habla de una maldición en torno a la familia.
Aunque no es necesario ver Los Kennedy para entender esta secuela, sí hay que tener claros los personajes, así como todo lo que ha sufrido Jackie para poder entender su forma de sentir y expresar sus emociones.
En el primer capítulo vemos cómo sucede el asesinato de Bobby, aunque no se explican demasiado los motivos ni la investigación, ya que la miniserie está más centrada en mostrar cómo se sienten al respecto sus familiares en general y Jackie en particular, la verdadera protagonista de la historia. A pesar de que el primer capítulo dura solamente 45 minutos, se consigue crear el ambiente propicio y poner sobre la mesa prácticamente todo lo que sucederá a grandes rasgos en la miniserie.
Sobre las interpretaciones de los protagonistas, Katie Holmes no acaba de convencer, no nos enamoramos de su personaje ni nos arrolla su personalidad, de hecho se le llega a coger incluso un poco de tirria al necesitar siempre ser el centro de atención. En general todo queda un poco telenovelesco, con los personajes un tanto estirados y poco creíbles y una forma de narrarlo que podría ser más cercana y atractiva.
