Tras la irregularidad de una segunda jornada algo decepcionante pero rescatada a última hora por un drama musical ruso, encaramos el tercer día del Festival de Cine Europeo de Sevilla con una cierta tranquilidad.
Comenzamos la mañana dedicándole nuestro tiempo a la irlandesa Michael Inside, para echar una ojeada en el turno de tarde al cine de no ficción con dos de los documentales españoles más exitosos del año: El silencio de otros y Morir para contar. Vamos a ello.
Michael Inside: cuatro paredes que te arruinan la vida
Cuando un joven es sentenciado a tres meses de prisión por posesión de drogas, todo su mundo se vuelve del revés. Comido por el miedo y lo desconocido de su nuevo entorno, será su aclimatación al lugar lo que centre la trama de la irlandesa Michael Inside.
Opresiva en sus enfoques y siempre cercana a su personaje principal
La cinta de Frank Berry es un drama duro y cruel que se siente, pero que se siente real en cada uno de sus golpes. Supone un gran acierto además que su relato sea tan directo, condensando en apenas 90 minutos un desarrollo de personaje completo y eficaz.
Sin dar rodeos en el guión, son las pausas y dudas previas a los conflictos las que permiten al protagonista (y al espectador con él) respirar y coger fuerzas para lo que se viene. Una mirada a los estragos de la cárcel para un joven sin aparente rastro de maldad, pero rodeado continuamente de quien no debe.
Opresiva en sus enfoques y siempre cercana a su personaje principal, Michael Inside está rodada con aires de pesadilla lúcida que termina llenando a la película de fondos apenas visibles, tan desconcertantes e inseguros como esa sensación de constante alerta que va llenando un vaso cada vez más próximo a desbordarse en sus nervios.
no sería ninguna sorpresa ver a Michael Inside dando guerra para alzarse vencedora
Será la aparente pasividad que puede asentarse en el público y la inevitabilidad que recalca en su último tercio, lo que pueda generar un mayor rechazo hacia la cinta, dejando fuera a muchos espectadores.
Con todo el coraje emocional que tanto parece gustar en la audiencia sevillana a la hora de conceder el Premio del Público, no sería ninguna sorpresa ver a Michael Inside dando guerra para alzarse vencedora (siempre con permiso de la Girl de Lukas Dhont, gran favorita desde el momento en que fue confirmada su presencia).
Su gran contra: que la cinta no deje tanto poso como desea y se atreva además a cultivar un mensaje tan afilado en su desenlace.
El silencio de otros: buscando paz para la memoria de un país
Con la nominación a Mejor Documental en los próximos Premios del Cine Europeo confirmada ayer mismo, y el premio del público en la pasada Berlinale (donde se estrenó), El silencio de otros carga con ese gran peso (y alegría) de haber amasado críticas favorables a lo largo de todo el año, colocándose como favoritos para la próxima edición de los Goya.
documental dirigido por Almudena Carracedo y Robert Bahar
Usando la querella de una jueza argentina sobre los crímenes del franquismo como columna vertebral y la búsqueda de las víctimas como hilo central de su discurso, el documental dirigido por Almudena Carracedo y Robert Bahar es devastador en cada uno de sus recuerdos.
Un ejercicio de memoria que recopila con emoción el deseo de justicia para el pasado de un país que se limita oficialmente a pretender que el olvido es la solución. Una lucha por encontrar paz para aquellos que durante décadas ni siquiera han podido conocerla.
Un espejo de la vergüenza
Si tras ver El silencio de otros hay alguien que aún se atreve a negar la importancia de la justicia en relación a la memoria de nuestra nación, no será más que una confesión de que siguen perteneciendo al bando de quienes no tuvieron a nadie al que buscar.
Un espejo de la vergüenza, no solo ya para una época negra del siglo XX en España, sino para todos aquellos que desde la caída del franquismo han continuado dificultando y menospreciando el deseo y la voluntad de hallar respuestas y paz en los cuerpos de quienes cayeron.
Morir para contar: el coste de informar en tiempos de guerra
De la mano del director argentino Hernán Zin, autor de otros documentales reconocidos como Nacido en Gaza y Nacido en Siria, Morir para contar llegaba a Sevilla con grandes palabras vertidas sobre ella y habiendo rascado premios en lugares como Montreal, Shanghai, México o Krakovia.
Morir para contar incide en los costes y las consecuencias de colocar tu vida en riesgo
Construido en torno al recuerdo de varios compañeros fallecidos, Morir para contar es como la letra pequeña de ese contrato que nunca llegarán a leer impreso quienes se quieran dedicar al reporterismo de guerra, redactada con la ayuda y el conocimiento de quienes, como el propio Hernán Zin, saben lo que es trabajar sobre el terreno en países metidos de lleno en conflictos armados.
Repleto sin concesiones de confesiones sobre miedos, alegría, memorias y hasta deseos imposibles de completar por culpa de ese imprevisible azar que siempre aparece en la partida para revolver las cartas cuando la supervivencia parece segura; Morir para contar incide en los costes y las consecuencias de colocar tu vida en riesgo con el único propósito de dar voz a quienes no la tienen, sacando a la luz todo aquello que muchos interesados se molestan en ocultar.
Uno de esos documentos imprescindibles
Siendo un visionado de esos que te pueden llegar a romper, también es uno de esos que pueden resultar imprescindibles a la hora de abrir los ojos y valorar el trabajo de unos profesionales que pagan (a veces durante toda la vida) el precio de un acto tan revolucionario en ciertos lugares como es el de comunicar la actualidad de lugares conflictivos, ya sea por escrito o audiovisualmente.
Uno de esos documentos imprescindibles para todos aquellos que en mayor o menor medida tengan la inquietud de conocer cómo es un territorio en guerra desde la psique de quienes han vivido (y muerto) por contarlo.









