La noche del viernes al sábado en la provincia de Sevilla se produjo una fuerte tormenta que tuvo a varios pueblos sin luz. La mañana del mismo sábado amanecía cubierta por una densa niebla y se avecinaba un día gris. Pero cuando subíamos por las escaleras mecánicas, el cielo se abrió dando lugar a un día perfecto de festival.
Os contamos nuestro segundo día en la 17º Edición del Festival de Sevilla, esperamos que disfrutéis con estas películas como lo hicimos nosotros.
Berlín Alexanderplatz de Burhan Qurbani
El día no podía empezar mejor, tres horas de puro cine europeo. La ciudad de Berlín con sus calles bañadas en neones y su asfalto mojado. Entre estas calles veremos a Francis pasar por varias etapas en su llegada como inmigrante ilegal. Una película que apuesta por explorar la situación de las personas inmigrantes y por representar a la sociedad alemana más contemporánea. El capitalismo en su esencia se verá representado en esta obra.
Y es que este film está dividido en cinco partes. En cada una de ellas seremos partícipes de el cambio físico y psicológico de Francis y por consecuente su evolución. Y es que Qurbani no escatima y nos construye un personaje impresionante con un arco magnífico que sólo perderá un poco de fuelle en el capítulo 4 de esta obra.
Francis no tendrá en sus hombros el peso de todo el film, si no que le acompañan todo un elenco de secundarios extraordinarios. Como Reinhold (Albrecht Schuch) un personaje inestable psicológicamente y con problemas físicos que se encargará de darle trabajo no honrado al bueno de Francis (Welket Bungué).
La película avanza desde un drama sobre la inmigración a un cine de bandas y mafias. Con Reinhold como personaje esencial en el transcurso del film (ya que él cogerá todo el peso). Com había comentado, el film va perdiendo fuelle y el personaje que centrará nuestra atención va descomponiéndose incluso sin llegar a respetar su deformidad física. Aún así es un film bastante recomendable.
Ondina de Christian Petzold

La película se hace eco del mito de ondina, una ninfa que se vengaba de su amado al descubrir una infidelidad. Ondina, historiadora, se enamora de un buzo tras la ruptura con su anterior novio. Con un pie en el mito y otro en la realidad contemporánea de Berlín.
Durante la hora y media de duración vemos un recital del director. Con sutileza, movimientos precisos y con una concepción fantástica del plano, la relación de Ondina (Paula Beer) y Christop (Franz Rogowski) consigue enmudecernos.
Petzold construye una historia de amor que nos desgarra el alma, consigue llegar a tocar los sentimientos del espectador, con un amor que es invisible pero se siente cuando llega. Como bien comentaban en la post-película, el amor que se representa en el film corresponde al que todos hemos sentido al enamorarnos por primera vez. No recomendar esta película sería un delito.
Echo de Rúnar Rúnarsson

Rúnar Rúnarsson nos trae al festival su nueva película, reciente ganadora del Premio Jurado Joven de Locarno. El film está ambientado durante las navidades islandesas, donde durante una serie de sketches veremos las vivencias de la población y la preparación de tan especial fecha.
La película cuenta con un sketch tras otro y planos fijos no consigue transmitir sensación ninguna al público. Dejándolo como simple observador de lo que está ocurriendo. Esto podría ser bastante bueno si no fuera un sin fin de hechos sin correlación.
El film podría haber sido bastante decente en su planteamiento si Rúnar no hubiera metido la pata. En dos de sus sketches deja en mala posición a la mujer que lucha por sus derechos y a las personas de izquierdas representandolas como simples niños que no saben discutir. Unas meteduras de pata que solo consiguen salvarse por la increíble fotografía que posee, transmitiendo la Islandia fría, triste y a la vez cálida y amable.
Time of Moulting de Sabrina Mertens

Ópera prima de la directora Sabrina Mertens. La obra nos cuenta cómo una familia se aísla por la salud mental de la madre y como su familia tiene que adaptarse.
Mertens es atrevida en su primera cinta y nos dotará de 57 planos secuencias que juntos comprenderán la película.
El guion no consigue aguantar toda su fuerza durante el film. Lo que bien empieza con la situación de la niña pequeña y su crecimiento se ve aflojado por la adolescencia de la misma al no haber avance del personaje.
Se podría haber explotado mucho más el proceso de cambio que se produce en la adolescencia en el personaje y la salud mental de la madre. La iluminación y por consecuente la dirección de fotografía es inspirada en el claroscuro del Barroco. Bañando cada plano en una desolación y penuria sin igual, lo mejor de la película.






