Charlatán, una personalidad compleja
Años cincuenta en la República Checa. Los efectos de la Segunda Guerra Mundial aún se sienten duramente. Entre tanto, y como cada día, cientos de personas esperan a la cola de la casa-consulta de Jan Mikolášek (Ivan Trojan). La fama del hombre que puede diagnosticar con la orina y curar con plantas es extensa y bien merecida. Sin embargo, no falta, incluso en las altas esferas, quien piensa que no es más que un mentiroso, un estafador, un Charlatán.
Estrenado en la Berlinale 2020, este biopic checo basado en hechos reales se estrena en España el 13 de agosto. Con un tono oscuro, entre desesperante y deprimente, el largometraje nos lleva a través de la vida de un controvertido sanador lleno de luces y sombras. Con una gran interpretación y una cuidada fotografía, el filme checo salta a la comba con la fina línea entre el bien y el mal que habitan en una persona. Se trata de una película muy interesante que deja ese mal cuerpo que a uno «le gusta» cuando ve películas de tiempos más oscuros.
Profesión controvertida
Como siempre aclara él mismo, Jan Mikolášek no es doctor. Pero hay algo más que también afirma: cura a la gente. Eso piensan sus muchos pacientes, que acuden en masa a él para que lea sus muestras de orina y les recete remedios naturales. Durante los años ha ayudado a muchas personas… quizá a demasiadas, y eso no gusta a ciertos círculos de las altas esferas del gobierno. Por mucho que fuese en el pasado y que fuese por obligación, ayudar a los enemigos de la República tiene precio.
Pero no es solo eso. Habiendo participado en una gran guerra y vivido otra, y habiéndose formado con una sanadora acusada también de mentirosa y estafadora, Mikolášek es un hombre lleno de dolor y rabia. Sus buenas acciones como curandero no eclipsan su personalidad dura, hasta cruel. Y luego están los secretos. Secretos que en una época tan compleja como es la postguerra mundial, pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Intensa luz, oscuras sombras
Es complicado realizar un biopic que sea fiel a la realidad. No es claro si Charlatán cumple con esta premisa, pero si hay una verdad conocida es que en general las personas no son ángeles o demonios, sino un punto intermedio. Jan Mikolášek es el ejemplo perfecto, y quizá el mayor logro de la producción de Agnieszka Holland es que consigue que nos pasemos todo el tiempo haciéndonos la siguiente pregunta: ¿Es el sanador un hombre bueno que hace cosas malas, o un hombre malvado que hace cosas buenas? Esa dicotomía es la que logra mantener el interés hasta el mismísimo final.
Conseguir que un personaje transmita ese punto tan específico no es sencillo. Por eso, es necesario alabar la interpretación de Ivan Trojan, que dicho sea de paso, está muy bien acompañado por el resto del elenco, en especial Juraj Loj. También destaca la fotografía de diferentes épocas, tratada con esmero y apoyando el drama. Si hubiese que poner un pero a Charlatán, sería quizá la lentitud en algunos tramos y los saltos demasiado abruptos en otros.
Charlatán es una película interesante e intensa. Da a conocer a un personaje complejo en épocas turbulentas, y nos deja esa sensación de malestar que producen las buenas producciones situadas temporalmente en momentos amargos de la humanidad.
Dirección y guion: Agnieszka Holland / Marek Epstein.
Reparto: Ivan Trojan, Juraj Loj, Josef Trojan, Joachim Paul Assböck, Jan Vlasák, Martin Mysicka, Jaroslava Pokorná, Václav Kopta, Marek Epstein, Jana Kvantiková, etc.
Género: Drama. Biopic.
Duración: 118 minutos.
Estreno: 13 de agosto de 2021.