Vaca: Premio a Mejor Montaje en el Festival de Sevilla
Vaca de Andrea Arnold es una de esas películas, desaparecida para el gran público, es un documental con un fuerte mensaje social y político, gracias al cual ha sido nominada a los BAFTA en la categoría de Mejor Documental.
Pero antes de profundizar en VACA, es conveniente conocer la trayectoria de su directora. Una directora con gran recorrido en la industria cinematográfica y con bastantes premios en su palmarés.
Andrea Arnold es una cineasta inglesa, debutó con dos cortometrajes y en 2005 consiguió hacerse con el Óscar a Mejor Cortometraje con su obra ‘Wasp’. Su ópera prima ‘Red Road’. Ganó en 2006 el Premio del Jurado en Cannes y conseguiría repetir premio con sus obras ‘Fish Tank’ y ‘American Honey’ (película que también pudimos disfrutar en el Festival de Sevilla). Y, tras probar suerte dirigiendo una serie de televisión para plataformas de Streaming, estrena en Cannes Cow (Vaca).
Volviendo a el tema central de este artículo, Andrea Arnold nos tiene acostumbrado a un cine con un gran componente crítico como podemos observar en ‘American Honey’ o en sus cortometrajes altamente premiados y respetados. Cow no iba a ser diferente y Arnold consigue transmitir un mensaje claro y conciso en contra del maltrato animal y la ganadería de explotación.
Dura, transgresora y directa
El film, nos cuenta la historia de una vaca (real) en una granja y de su joven lechón, cómo transcurre su vida y la de su ternero y como acaba su tranquila vida. Su sinopsis es corta, pero no da para más, la película es costumbrista y no necesita alardear de historia o dramatismo para contar lo que quiere contar.
Pero esto es lo que hace grande a esta obra, el costumbrismo. Y es que la película no tiene que alardear en cuanto a su composición, es dura, transgresora y directa en cuanto a su contenido. Asistimos al parto de la vaca, conocemos a su lechón y descubrimos como la necesidad de producir leche hace que sus caminos se separen. Teniendo, cada vaca, una vida bastante diferente.
Y estas vidas son las que Arnold aprovecha para poder escribir su mensaje. Por un lado vemos la ganadería intensiva, donde se prima el producto antes que la vida que lo produce. Y por el otro lado conocemos un tipo de ganadería natural o extensiva, donde las vacas y las vidas pueden disfrutar de una vida más acercada a su hábitat natural.
Un documental imperdible
La fotografía de la película es otra característica que hay que mencionar, ya que Arnold, a sabiendas de que al público le cuesta interiorizar con personajes que no son personas, coloca la cámara directamente a la espalda (en muchas de sus ocasiones) para acercarnos a la vaca y a su punto de vista de la situación. Consiguiendo crear un clímax depresivo en cuanto a la vaca en la granja y un clímax de libertad cuando vemos el campo abierto. Simplemente espectacular el contraste.
Y como última característica que me gustaría comentar es el sonido. La película carece de banda sonora, guion hablado y actuado dejando solo escuchar el sonido de las vacas, de las máquinas que absorben la leche, de los llantos y de los quejidos de los retoños que no quieren separarse de sus madres. Para finalmente dejar gracias al uso del sonido al espectador enmudecido.
Finalmente, el documental contiene un mensaje que no debe ser olvidado, debe expandirse, mostrarse para enseñar un medio de producción más sano para las vidas que ahí residen. Todo más sano moralmente para la persona que lo consume y lo gestiona.
Dirección: Andrea Arnold / Fotografía: Magda Kowalczyk / Género: Documental. Drama / Duración: 94 minutos / Estreno: 1 de abril de 2022.
