La adaptación. Ese mantra insondable de todo valiente creativo, ingenuo y desdichado, gustoso de ponerse a sí mismo entre la espada y la pared frente a una horda de intransigentes aficionados. La historia ha demostrado que, en líneas generales, es imposible adaptar un videojuego a la gran pantalla. Factores intrínsecos a ese arte digital, como la interacción con el entorno, la jugabilidad y, sobre...