¿Alguna vez habéis tenido interés en los Strippers? Sí, pregunta rara donde las haya, pero desde que Magic Mike aterrizó yo me pregunto a menudo cuantas mujeres habrán ido para comprobar si lo que pintan en la película. Y creo que mis estimaciones deben ser correctas por que para promocionar Magic Mike XXL han decidido crear un concurso para buscar al mejor stripper Magic Mike XXL de España.
Y no sé por qué fue exactamente pero me dejo fría y algo decepcionada. Hubo que decirle al público que tenía que emocionarse para que todo empezara a coger algo de sonido y movimiento. No hubo sorpresa, bailar lo que se dice bailar solo 4 lo hacían suficientemente bien, y para ser como Channing Tatum… necesitan tener casi 10 años más.
Y qué añadir de los jueces del baile… no dudo de su profesionalidad, pero sí de sus conocimientos, menos de Lola González (Fama ¡a bailar!). Sobre todo cuando Torito decidió que debía dejar completamente desnudo al ganador. Lo siento, pero es una imagen que no se me va de la cabeza.
El detalle de los billetes fue muy gracioso, 100 dólares en billetes de uno con las caras de los protagonistas. Para lanzar a los chavales. Eso y la música que siendo la de la película no hay opción a comentarla en este apartado. En resumen, fue un tanto decepcionante. Lo que Soderbergh y Tatum construyeron en la primera película, alejándose del estereotipo de mundillo sucio y visceral me cayó en la mente como una ola poco agradable al ver este espectáculo.
Pero no todo iba a ser malo, por supuesto.
Nota: 8
La película.
Empezamos por algo que yo no supe hasta pocos días antes de ir al cine, continua la trama.
Claro, no me lo imaginaba dado que el Niño (Alex Pettyfer In Time) y Dallas (Matthew Mcconaughey Dallas Buyers Club) no aparecían en el casting ni lo hacen en la película. Pero es una continuación, por lo que se puede empezar a sonreír. La magnífica obra que Steven Soderbergh consiguió se repite, no con el mismo entusiasmo, no pilla desprevenidos, pero mantiene esa frescura y ese aire de “salud” y todo más “bonito” y menos sucio de la primera.
Se rumoreó que Channig Tatum sería el director, pero fue Gregory Jacobs quién se encargó al completo de una obra llena de música de bailes y, al igual que en la otra, una lectura positiva y de con un mensaje de trasfondo.
Para algunos una visión superficial del mundo, y para otros un modo de demostrar que todos tenemos sueños y debemos buscar por conseguirlos. Mantra en boga en estos días pero que puede llevarnos a reflexionar. Depende de lo que busquemos en esta película, si solo diversión o algo más allá que capture, no solo nuestra mirada, sino también nuestra alma.
Las actuaciones son muy variadas, desde impecables, curiosas, hasta repetitivas y ciertamente exageradas. No puedo quejarme del renovado protagonismo a Matt Bomer, impecable como siempre. Esto quizá se deba a la película The Normal Heart, película de HBO que recoge unos de los momentos más importantes de la lucha de los derechos homosexuales y en su cast tiene a varios actores sabidamente gays y que ha causado un gran revuelo desde su estreno. Es un placer verlo cantar y reconocer a un actor de la antigua escuela que no es solo físico, sino que además sabe bailar y cantar. Un artista.
Otras actuaciones me han dejado tan indiferente como en otros papeles, como Jada Pinkett Smith, que por más que se esfuerce solo veo a Fish Moony regentando un club, en esta ocasión con strippers de por medio.
Tengo que señalar que la música es una selección impresionante y que la fotografía me ha dejado helada de impresión. Ha conseguido transmitir en cada instante lo correcto y necesario, dentro de unas líneas que se alejan de lo obsceno y lo integran en esa sensual “normalidad”.
Lo mejor:
La fotografía, la banda sonora y ese dualismo que te permite escoger lo que quieras de ella.
Lo peor:
Jada Pinkett Smith, excesiva y sobreactuada.