No respires, no cabe duda que pasaréis un buen rato!
Con la cantidad de productos de cine de terror a estas alturas es complicado encontrar algo novedoso. Y ese es uno de los grandes méritos de No respires, un planteamiento muy peculiar. Aunque si bien tenemos a un grupo de jóvenes/adolescentes en el papel de víctimas, no son precisamente mano de santo. Son un grupo de ladrones que se dedican a irrumpir en casas y saquearlas. Y el frío asesino en este caso es el dueño de una de esas casas, un veterano de guerra ciego con un secreto que ocultar. Ya sólo con esto se marca un punto.
Fede Álvarez (Posesión Infernal, 2013) en su segundo largometraje demuestra un buen hacer en el arte de generar tensión con recursos nimios. En una única localización, con cuatro actores y un perro logra generar un ambiente agobiante a partir de una situación aparentemente sencilla. Buena mano en cuento a la gestión de recursos, el control de los tiempos y los planos. Se puede conseguir una sensación de angustia incluso en una habitación perfectamente iluminada sin se plantea de forma correcta, y aquí se logra. Sin duda ha ido puliendo técnica con respecto a ese reinicio que hizo, cuyo mayor fallo por otra parte era el título.
Evidentemente para poder sacar adelante algo así se necesitan unas actuaciones acordes. Si los actores no consiguen trasmitir las sensaciones correctas la magia se rompe. Y esta carga recae sobre todo en Jane Levy (que repite con Álvarez tras Posesión Infernal) como ladrona que ha de elegir entre huir o conseguir el premio que le cambiará la vida, y que las pasará canutas para ello, y en el veterano Stephen Lang (Avatar, 2009), metido en la piel de un ex soldado ciego que podría pasar por un imparable «terminator» en su afán por defender su casa y mantener oculto su secreto. Ambos cumplen con holgura y afianzan la solidez de la película.
Por todo esto No respires es una película que se sale del uso de las películas de terror, y una bocanada de aire fresco entre tanto fantasma, posesión y enésima parte. Evidentemente no es una película perfecta. Tiene alguna escena que en mi opinión se pasan de escabroso (casi rozando el mal gusto). El trasfondo moral de los personajes es un poco difuso (los protagonistas son ladrones que irrumpen en casas y se acaban meando en las alfombras, mucha simpatía de inicio no generan, y el «malo» no deja de ser un ciego al que están robando). Esto último podría ser reminiscencia de esas películas de «slasher» tipo Viernes 13, en el que las víctimas eran «pecadores» y se salvaban los más castos al final, no sé, estoy teorizando.
En su conjunto tenemos una película bien planteada, que consigue esas descargas de adrenalina que este tipo de cine promete y que gustará a los fans del género. No respires es una buena opción para las noche de verano si se buscan emociones en pantalla.