No cabe duda que el Festival Internacional de San Sebastián es sin duda el evento cinéfilo más importante de nuestro país, pero es también uno de los más significativos para nosotros en Moobys. Prácticamente se podría decir que con el Zinemaldía comenzó todo. El festival ya no es solo un lugar donde disfrutar de cine de calidad y sorprenderte ante las nuestras propuestas, sino un sitio de reencuentro de viejas amistades y compañerismo.
La Fille de Brest
Aún adormilados por el largo viaje nos dispusimos a visionar la película de apertura del festival. Otros años se han presentado película mas comerciales o con un reparto de renombre para abrir el Zinemaldía, pero este año el festival a apostado por una película mas íntima y comprometida. La fille de Brest («La doctora de Brest» o «150 Milligrams«, según en que idioma la busques) es la historia real de una doctora bretona empeñada el destapar un escándalo relacionado con un medicamento que provoca efectos adversos en los que lo toman. La lucha de la doctora Irène Frachon para retirar el Mediator del mercado plantea la difícil relación entre la industria farmacéutica y la comunidad médica y las grandes presiones que existen por motivos únicamente económicos a pesar del perjuicio físico.
El guión tiene un ritmo bastante contenido a pesar de la explosiva actuación de Sidse Babett, quien se come cada escena donde aparece. La química y el casting del reparto están muy logrados, haciendo que las interacciones entre ellos resulten de lo más natural. Dirigida por Emmanuelle Bercot, actriz y directora, la cinta adapta la novela «Mediator 150mm» y la rueda de prensa pudo contar con la presencia de la propia Irène Frachon, quien fue el centro de la preguntas de la rueda de prensa. Irène siguió reivindicando su lucha contra la farmacéutica e insistió en que el mismo medicamento ya fue retirado en España años antes del escándalo en Francia, pero fue tapado alegando motivos económicos.
Manda Huevos
Las películas de Sección Oficial fuera de competición siempre traen propuestas arriesgadas y originales y Manda Huevos ha sido un buen ejemplo de ello. Planteada como sucesora de Con la pata quebrada, Manda Huevos nos muestra a modo documental la evolución del hombre español, desde los primeros años de la dictadura hasta la actualidad, utilizando como hilo conductor el cine de la época.
Centrándose demasiado en la década de los 60 y 80, la cinta repasa todos los tópicos del cine de la época y como el cine trataba de fluir en las juventudes. Desde el arquetipo del soldado-monje que el franquismo quería inculcar, a la falta de complejos de la actualidad, Manda Huevos consigue mostrar de una forma amena y con cierto toque de humor la evolución de la sociedad en todos sus aspectos (política, religiosa y social) de una España convulsa y en constante cambio.
Los Siete Magníficos
Una de las películas más llamativas del festival ha sido la esperadísima película del Premio Donostia 2016, Ethan Hawke, Los Siete Magníficos. Tuvimos el placer de verla en un pase previo y esta fue nuestra opinión.
Entre la prensa de San Sebastián la crítica estuvo dividida. Como suele ser habitual, las producciones de entretenimiento más mayoritarias rulen provocar cierto rechazo entre la crítica más especializada y en este caso Los Siete Magníficos contaba con la desventaja de tener que sufrir las comparaciones con su predecesora.
Neruda
Para cerrar la noche asistimos a nuestra primera película de Perlas, Neruda, de Pablo Larraín. Larraín acomete un relato lírico sobre los últimos días dentro del gobierno del poeta Pablo Neruda y su exilio de Chile durante la persecución de los comunistas. Desde las opulentas fiestas de la clase alta comunista chilena, los campos de trabajo y la continua persecución, el apartado histórico queda bien reflejado.
Si bien, la trama se dispersa en disertaciones líricas. Narrado en voz en off por su perseguidor, Oscar Peluchonneau, interpretado por Gael García Bernal y retratando al Neruda más hedonista y egocéntrico, la cinta se repite una y otra vez en la misma estructura. El montaje intenta dar una impresión onírica al relato pero resulta torpe y provoca más rechazo ante lo que se quiere contar.