No os voy a engañar, cuando leí sobre La Fiesta de las Salchichas no me esperaba nada bueno. «Un Toy Story sobre comida» es lo que parecía si leías la sinopsis por encima, con esos alimentos que cobraban vida cuando los humanos no los miraban y hacían fiestas. Pero es cuando ves el trailer cuando te das cuenta que no estamos ante la típica película de animación infantil con una mala elección de título. El el mismo trailer no engaña mucho, hay gore (vale, no hay sangre, pero ver como arrancan la piel de una adorable patata animada es un poco fuerte), chistes sexuales y lenguaje soez. En el fondo sigue siendo una comedia de Seth Rogen y Evan Goldberg, pero seguramente que decenas de padres seguirán llevando a sus hijos a ver la película sólo porque «los muñecos son monos». Y luego tendrán que salir escandalizados de la sala, echando la culpa a terceros.
Frank es una tranquila salchicha que vive en su paquete añorando a la bollita Brenda. Al igual que todos los alimentos del supermercado, saben que esas criaturas gigantes a las que llaman dioses algún día les elegirán y si son fieles, se mantienen frescos y no salen de su paquete; se irán en el gran carro metálico al Mas Allá. Hay hasta una canción que habla de ello, ¿porqué no iba a ser verdad? Las cosas empiezan a complicarse cuando Frank y Brenda no pueden aguantar más y deciden sacar los brazos del paquete y tocarse sólo las puntitas y un tarro de mostaza y miel que ha sido devuelto empieza a contar unas historias un tanto terribles de lo que pasa en el Más Allá…
La Fiesta de las Salchichas, ¡Cuidado que engaña!
Si has visto otras comedias escritas por el dúo Rogen-Goldberg (Supersalidos, Superfumados, La Entrevista…), La Fiesta de las Salchichas no te sorprenderá en absoluto. Humor irreverente, consumo de marihuana, referencias sexuales, políticas… Todo eso está presente en la Fiesta de las Salchichas pero con toda la libertad creativa que la animación ofrece. El planteamiento, aunque trillado («elemento cotidiano que cobra vida cuando no lo ves») sigue funcionando, permitiendo crear todo un mundo, con sus barrios, su mitología y sus personajes dentro de un pequeño supermercado. Por supuesto, en la película no pierden ni una oportunidad para dejar títere con cabeza, haciendo referencias a Palestina e Israel, Méjico o, porqué no, judíos y nazis.
Aunque el humor de Las fiesta de las Salchichas cae bastantes veces en el chiste fácil o escatológico, la historia resulta entretenida y animada, desarrollándose de una manera mucho más regular que en otras de sus comedias, como La Entrevista o Juerga Hasta el Fin. Gracias al gran grupo de amigos, la gran mayoría de los personajes están doblados por personajes famosos, desde Kristen Wiig como Brenda a Edward Norton como Sammy el bagel judío pasando por Salma Hayek interpretando a Teresa, una taco con intereses por los bollos. Todo en lo que se apoya la cinta busca impactar y escandalizar y resulta curioso que aunque la violencia nos resulte muy familiar y no nos haga levantar una ceja, y el lenguaje soez nos pueda sacar una sonrisa, es con la escena final, que nada tiene de uno u otro, con lo que la mayoría del público alucine más.
En conclusión, La Fiesta de las Salchichas es un buen entretenimiento gamberro, para ir a ver con los amigos y distraerse que la historia de una pobre salchicha que solo quiere meter la puntita.