Puede que las siglas no os suenen en absoluto, pero todos sabemos perfectamente lo que es el CGI porque lo hemos experimentado viendo películas desde nuestra infancia. Con CGI nos referimos a la herramienta que nos permite crear imágenes por ordenador (Computer-Generated Imagery). ¿Es posible que se esté empezando a abusar demasiado de esta tecnología?
La evolución de la tecnología en los últimos años ha sido impresionante y a día de hoy muchas veces nos resulta difícil saber qué imágenes salen de la cámara y cuáles del ordenador. Los actores ya no necesitan tantos dobles ni ponerse en peligro en escenas de acción, muchas veces actúan delante de pantallas verdes sobre las que luego se montan las escenas. Pero esto no siempre fue así. Hace no tanto tiempo los efectos visuales eran manuales, pintando fondos sobre cristal, colocando a los actores en la escena en la postura adecuada y después retocando las imágenes con color, por ejemplo.
Una de las primeras películas que revolucionó la industria utilizando la técnica del CGI fue Jurassic Park en el año 1993. Los espectadores pudieron ver dinosaurios que parecían reales y les encantó. Aunque lo cierto es que no todos los dinosaurios salieron del ordenador, sino sólo aproximadamente seis minutos y medio de película.
Dos años después, en 1995, llegó Toy Story, la primera película generada completamente por ordenador, una cinta de 81 minutos compuesta de 114.000 imágenes individuales y ningún actor. Se necesitaron para crear la película 117 superordenadores, que creaban en total 3 minutos de película por semana.
Los peores efectos con CGI
Aunque el CGI ha revolucionado la industria del cine y ofrece muchísimas posibilidades nuevas, sus efectos no siempre son los mejores puesto que a menudo se abusa de esta técnica y los resultados son nefastos. Algunos ejemplos de un mal uso del CGI pueden ser cuando George Lucas introdujo nuevas imágenes de CGI a posteriori en sus tres primeras películas de Star Wars.
Otro ejemplo claro lo tenemos en El regreso de la momia, del año 2001. En el duelo final de esta secuela presentaron al Rey Escorpión pero aunque intentaron que se pareciera a su actor, Dwayne Johnson, el resultado fue bastante lamentable.
No podemos olvidarnos tampoco (por desgracia) de Reneesme, de la cara de la hija de Edward y Bella en Amanecer Parte 2, la saga Crepúsculo.
Uno de los últimos ejemplos que se me ocurren es de una película que aún se encuentra en cartelera, La llegada, y el ondeante pelo de Amy Adams. No os puedo poner el vídeo de ese momento concreto pero es seguro que lo sabréis cuando lo veáis.
La conclusión es que, aunque el CGI ha revolucionado la industria del cine y nos ha dado algunas de las mejores películas de ciencia ficción y muchos buenos efectos especiales, abusar de él da como resultado los desastres de los que hemos hablado, y muchísimos más que seguro que estarán por llegar así que sí al CGI, pero con moderación.
Los efectos más clásicos siempre más autenticidad a una película. sino mirad todo el trabajo de Guillermo del Toro y la cantidad de cosas fantásticas que puede hacer sin tirar de CGI