Por fin el final ha llegado, y Sherlock se ha despedido a lo grande, con un capítulo impresionante, intenso, lleno de giros extraordinarios y dándonos hora y media de puro entretenimiento de calidad.
THE FINAL PROBLEM
Ésta podría decirse que ha sido probablemente la mejor temporada de todas, y es que a pesar de la tardanza, la BBC nos ha dejado tres capítulos magníficamente creados, escritos e interpretados, que a lo sumo nos dan una temporada casi perfecta, lo cual es muy difícil de hacer.
Puede que este capítulo tenga un villano encomiable, y algún que otro cameo al son de Queen que haya hecho aplaudir a más de uno; yo entre ellos. Pues lograr que durante hora y media el espectador no se despegue de su asiento es algo digno de mención, y con tres grandes temporadas a las espaldas. Lo único que podría destacarse como negativo es que a lo mejor es incluso demasiado intensa. No hay apenas momento de respiro para el espectador y prácticamente ningún tipo de alivio cómico en recorrido de estos tres capítulos. Pero el clímax lo alcanza, y lo hace de una manera grandiosa.
Ya sabéis cómo va esto: Benedict Cumberbatch se sale, como siempre; Martin Freeman, insustituible como Watson; y el resto del reparto también espectacular, con interpretaciones que atrapan por completo y que para nada se quedan lejos del nivel de la temporada y la serie en conjunto. Muy pero que muy bien.
Por ello, esta cuarta temporada de Sherlock ha sido de lejos la más oscura e intensa (si es la mejor ya es cosa vuestra), con tres capítulos que posiblemente cierran la etapa de esta grandiosa pareja en la pequeña pantalla durante bastante tiempo. Sin embargo, no sería disparatado pensar a largo plazo que tendremos más de esta fantástica serie.
Pase lo que pase, aquí en Moobys estaremos ansiosos de ver qué le ocurre a Sherlock, y sobre todo, que siga siendo de las mejores series de la actualidad.
