Lo estábamos esperando y por fin ya ha llegado: vuelve nuestro detective consultor favorito de mano de la BBC y lo hace a lo grande con este capítulo The Six Thatchers, un regreso plagado de humor, acción e intensidad. Todo muy Sherlock.
MISS ME?
Ya nos dejó con la boca abierta el final de la tercera temporada: ¿ha vuelto Moriarty? Pues no, pero eso no significa que sigamos encantándonos con las aventuras de la pareja de británicos más famosa de la pequeña pantalla, genialmente interpretadas por los apoteósicos Benedict Cumberbatch y Martin Freeman en un capítulo de formato largometraje que, como poco, se te pasará en un suspiro.
Uno se siente como en casa al volver a ver la intro de la serie, y es que nada parece haber cambiado desde la última emisión de la misma, allá por el 2014 (si no contamos con el especial de Navidad que se estrenó hace justo un año). Y sin embargo, las ganas y la emoción palpitaban en el aire, y es que no sentía tanto hype por una serie desde abril (todos sabemos qué se estrenó en abril de la mano de HBO, así que nos ahorraremos las presentaciones). Y entonces, ¿qué tal el capítulo? Pues ha sido todo lo que se esperaba de él y también lo que no.
La esencia Sherlock se ha mantenido, con las suposiciones apenas entendibles de nuestro amigo el rarito y el humor característico de la ya citada pareja. Sin embargo, hay que decir que Cumberbatch cada vez está más “normal “en su papel de Sherlock, se va quedando cada vez más atrás el sociópata egocéntrico y asocial que se nos presentó, y supongo que le echaremos un poco de menos, aunque claro está, es un personaje y ha de evolucionar. Y vaya si va a evolucionar, con el final que pudimos ver. Los que lo hayan visto lo sabrán.
THE GAME IS ON…
Así que, con todo, este nuevo capítulo ha sido un regreso más que acertado para la serie y un nuevo planteamiento de la misma, llena de intensidad, emoción y todo lo que nos gusta de esta obra. Si bien todavía nos quedan otros dos capítulos, parece que sus creadores no han cometido el error ni de repetir fórmula ni de hacer una secuela floja. Recemos para que siga así.
Mientras tanto, esperamos sentados hasta que continúe el tan ansiado Gran Juego.