El 13 de junio de 1994, la policía de Los Ángeles encontraba lo cuerpos de Nicole Brown Simpson y Ron Goldman cruelmente asesinados en su casa de Brentwood, dando comienzo a lo que más tarde se llamaría “el juicio del siglo” en Estados Unidos. El 2 de febrero de 2016, más de veinte años después, FX estrenaba una de las mejores series de la temporada, American Crime Story: The People v. O. J. Simpson, amparada por Ryan Murphy como productor y creada por Scott Alexander y Larry Karaszewski, el dúo de guionistas detrás de El escándalo de Larry Flynt o Pesadillas, entre otras.
Y aunque no lo parezca, este ha sido precisamente el momento adecuado para sacar adelante esta esclarecedora y valiente serie que muestra tanto lo que ha cambiado el mundo en estos 20 años, como lo mucho que aún le queda por cambiar, dando una perspectiva del juicio que nunca antes se había dado.
En primer lugar, la serie nunca duda de que O.J. Simpson fue el que realmente cometió los asesinatos. No lo llega a decir claramente, pero la reconstrucción de la búsqueda de pruebas y de algunos escenarios descritos por los testigos lo deja claro: el jugador de la NFL se libró gracias a su ejército de abogados, pero nunca debería haber pasado. (De hecho, actualmente Simpson está en la cárcel por un delito de robo y secuestro en Las Vegas en 2008 y en 1997 un jurado popular de Santa Mónica le declaró culpable de ambos asesinatos).
En segundo lugar, pone de manifiesto dos de los principales problemas a los que debe hacer frente tanto Estados Unidos como el resto del mundo: el machismo y el racismo, aunque, como demuestra la serie, en este caso el segundo eclipsó al primero. Tal como se puede ver a medida que avanzan los episodios, los abogados del equipo de Simpson ven su única oportunidad de librar a su cliente haciendo uso de la “carta racial”, como ellos mismos lo llaman, para enmascarar la verdadera realidad del suceso, un exmarido que ha matado a su mujer a la que durante años estuvo dando palizas.
No obstante, Nicole Brown no fue la única mujer despreciada en este caso, pues la fiscal Marcia Clark, brillantemente interpretada por Sarah Paulson, también fue víctima de este machismo latente. Durante años, menospreciada e insultada por ser simplemente una mujer con ideas propias y poder, la fiscal se ve reivindicada en esta serie en la que se ve cómo toma las riendas de su vida mientras la prensa y la opinión pública, en general, la menosprecia.
Para mí, sin duda, este es el gran valor de la serie, poner de manifiesto cómo el equipo de abogados de O.J. Simpson se aprovechó de una situación de desigualdad social para enmascarar otra, que como hombres con poder, no les interesaba que saliese a la luz. Es cierto que gracias a este juicio comenzó una investigación en profundidad sobre las prácticas racistas de muchos agentes de la policía de Los Ángeles, pero también salió impune un maltratador por el que muchas mujeres negras sentían lástima cuando O.J., tal como se muestra en la serie, no sentían ningún tipo de afinidad por la comunidad afroamericana.
American Crime Story: The People v. O. J. Simpson es toda una reflexión sobre el sistema judicial americano y las diferencias tan abismales entre los hombres y las mujeres con poder, que nadie debería dejar de ver porque, además, es una gran serie de televisión.