La Edad de Oro del cine Hollywoodiense
Durante décadas, el cine se ha visto desde múltiples puntos de vista. Se ha hablado de él como si de una fábrica de sueños se tratase, ya que permite plasmar en la pantalla cualquier fantasía que se nos pase por la cabeza. En este sentido también se ha hablado de él como una forma de evadirse de la realidad. Ha sido también capaz de hacernos sentir nostálgicos, al hacernos visualizar épocas, costumbres o personajes del pasado. Por último, no se podría entender el cine sino fuera como elemento cultural, reflejando culturas y estilos de todas las partes del mundo.
El cine ha ido evolucionando progresivamente con los años desde su aparición. Tal ha sido esta evolución, que ya nada tienen que ver las grandes producciones hollywoodienses que conocemos hoy en día, con aquellas que seguían el estilo del Hollywood más clásico, un estilo que caracterizó al cine producido entre 1917 y 1970. A pesar de ello, esto no quiere decir que los clásicos del cine hayan pasado de moda, sino todo lo contrario. Muchas de estas películas han pasado a la historia del cine como grandes cultos de la cinematografía. De hecho, muchas de ellas se han convertido en el precedente de grandes géneros cinematográficos, además de ejercer una gran influencia sobre el cine actual.
¿Por qué debemos ver cine clásico?
Inevitablemente, no podemos comenzar a hablar de él sin mencionar a sus grandes protagonistas. ¿Quién no reconoce a Marilyn Monroe, Paul Newman, Grace Kelly, Marlo Brando o Audrey Hepburn? Todos ellos se han convertido con los años en grandes iconos de la cultura cinematográfica. Y no solo por sus interpretaciones, sino por su estilo. No hay nada que caracterice más a los actores de la edad de oro de Hollywood que su elegancia. Siguiendo esta premisa, el cine clásico se convirtió en un gran escaparate en el que se veían reflejadas las grandes tendencias estéticas de la época, catapultando a sus protagonistas en iconos de la moda.
Más allá del entretenimiento, el cine clásico ha servido también como plataforma de reivindicación social, mostrándonos en muchas de sus cintas las grandes preocupaciones sociales y políticas de la época. Hablamos de películas como Furia (1936), en la que se presenta una feroz crítica contra los habituales linchamientos públicos en Norteamérica. Otros grandes ejemplos los constituyen películas como El Gran Dictador (1940) o ¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú (1964), dos críticas humorísticas sobre dos de los acontecimientos más destacados del siglo XX, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
Si por algo será recordado el cine clásico, además de por sus icónicos personajes y sus inolvidables historias, es por sus aclamadas bandas sonoras. En él se ha puesto música a multitud de momentos que han hecho historia en el cine. La banda sonora de películas como Lo que el viento se llevó, Ben- Hur o Desayuno con Diamantes lo demuestran.
Como ya comentábamos, el cine clásico ha servido de inspiración para gran cantidad de películas que han venido después, sobre todo aquellas relacionadas con el género de terror. Grandes ejemplos de ello son películas como King Kong (1933), La Momia (1932), La Novia de Frankenstein (1935) o Psicosis (1960). Los recursos y técnicas empleadas en su grabación, sirvieron de referencia para las grandes superproducciones que vendrían después.
Ver cine clásico es una forma de aprender y entender sobre el séptimo arte. Si te interesa el mundo cinematográfico, no olvides que en el cine clásico encontrarás la mejor escuela en la que formarte.
¿A qué estas esperando? ¿Aún no sabes por qué película comenzar?