El Quinto Elemento, película de culto
Debido al reciente estreno de la película Valerian, dirigida por el cineasta francés Luc Besson, hemos decidido retroceder atrás en el tiempo, 20 años justos, hasta 1997, para hablar de una de sus grandes obras cinematográficas: El Quinto Elemento.
Se trata de una película de ciencia ficción completa, divertida, entretenida y, en resumen, maravillosa para los amantes del género. Una gran lucha del bien contra EL MAL, contra un ser maligno que se cierne sobre la Tierra cada 5.000 años. Los Mondoshawan, una raza alienígena que vela por la paz en el universo, tienen el arma que será capaz de destruir a ese ser, pero cuando vuelven a la Tierra a traer la salvación, los mercenarios Mangalore, al servicio de Zorg (Gary Oldman), que a su vez sirve al gran mal, les atacan.
Lo único que sobrevive es un brazo con algunas células del llamado quinto elemento, el cuál reconstruyen para dar vida a Leeloo (Milla Jovovich), la protagonista de esta historia junto a Korben Dallas (Bruce Willis), un taxista, ex agente de élite de las fuerzas especiales, que se verá inmerso en una trepidante y caótica misión para salvar el mundo. El sacerdote Vito Cornelius (Ian Holm) es el contacto de los Mondoshawan en la Tierra, el protector del quinto elemento, que sabe que se necesitan cuatro piedras (de los elementos agua, aire, fuego y tierra) además del quinto elemento para lograr detener al gran mal. Unas piedras que fueron dadas a la Diva Plavalaguna.
El General Munro, que contrata a Korben para la misión de recuperar las piedras, amaña el concurso de las croquetas Gemini para lograr internar a Korben y Leeloo en un crucero de lujo (Cornelius va de polizón), en el que se encuentra la Diva. Un personaje protagonista de una de las mejores escenas de la película, muy relacionada con la banda sonora. Una escena en que se ve a la Diva cantando, con Korben entre el gran público que la observa hipnotizado, mientras Leeloo está peleando contra los Mangalores. La pelea se ajusta a la música de una manera brillante.
El Quinto Elemento tiene un poco de todo. Es un espectáculo visual maravilloso, lleno de color y tecnología en un mundo futurista bien ideado. La aventura no da descanso, hay muchos personajes en uno y otro bando, que buscan lo mismo, solo que con objetivos diferentes. Algo curioso del filme es que el héroe principal, Korben, y el gran antagonista (dejando aparte el maligno planetoide que intenta destruir la Tierra), nunca se encuentran cara a cara, se relacionan solo a través de actos encabezados por secuaces y personajes secundarios. Algo que no suele verse a menudo en cine, donde suele haber grandes encuentros apoteósicos de este tipo.
Leeloo Dallas, multipase. Muuultipase. Muuul-tiii-paaaa-seee
Leeloo es un personaje maravilloso, que intenta entender a los humanos y por qué hacen lo que hacen, quiere conocer el por qué de tanta destrucción, y se pregunta si vale la pena salvar un mundo en el que hay tanta violencia. Es un ser poderoso, fuerte, inocente y, como la describe Korben, perfecta. La historia no podría ser más entretenida, está llena de matices, de efectos, de una música maravillosa, un icónico diseño de vestuario y personajes excéntricos como Ruby Rhod (Chris Tucker), con su «verde, ¡súper verde!». El humor es algo que inunda la película, junto a frases ingeniosas, persecuciones, luchas, dilemas morales, imaginación, tensión, búsquedas, enfrentamientos, tristeza, amor… Un compendio de emociones y situaciones que no dejan indiferente.
Como fiel amante de la ciencia ficción, confieso que El Quinto Elemento es mi musa del género, una película que no puedo dejar de ver una y otra y otra vez. Para los que no la hayáis visto, os la recomiendo fervientemente, y a los que sí, ¿qué opináis? Espero que os lograse enamorar.
Conmigo, desde luego, lo consiguió.
Dirección: Luc Besson.
Guion: Luc Besson, Robert Mark Kamen.
Música: Eric Serra.
Reparto: Bruce Willis, Gary Oldman, Milla Jovovich, Luke Perry, Ian Holm, Chris Tucker, Brion James, Maïwenn Le Besco, etc.