Los que admiramos a Guillermo del Toro sabemos que la carrera del director mexicano no atravesaba sus mejores momentos estos últimos años, desde el desgaste personal que le supuso los retrasos del proyecto de El Hobbit cuando este lo lideraba hasta algunas de sus últimas apuestas como Pacific Rim que desgraciadamente quedaron por debajo del éxito que muchos esperaban.
Es por ello que La Forma del Agua puede marcar un punto de inflexión en la carrera del director, se trata de una película que lo tiene todo para agradar (como ya lo ha hecho) a crítica y público. Alejándose de las grandes superproducciones de acción como la ya mencionada Pacific Rim o Hellboy, Guillermo del Toro nos trae una película que se siente 100% de su estilo, mezclando la fantasía y ciencia ficción con romance y drama, con una sensibilidad y gusto genial. Un cóctel atípico que funciona y que hace que estemos ante una película con identidad propia y completamente diferente a las de su género. El propio director ha reconocido que ha tenido un gran control en todo lo relacionado con el proyecto y esto se nota, desde un apartado técnico perfecto (al que del Toro ya nos tiene acostumbrados), una ambientación extraordinaria y una fotografía bellísima muy al estilo de los años 60, todo ello cuidado al milímetro, y cómo no, sobresaliendo en un punto clave que puede que sea la gran fortaleza de la película, el reparto actoral de la cinta.
El reparto actoral, la mejor baza de la película
Sally Hawkins encarnando a Elisa Espósito vuelve a demostrar una vez más que es una de las mejores actrices del panorama actual, y aunque ya es una actriz consagrada con importantes premios (ganadora del Globo de Oro a mejor actriz en comedia-musical con Happy-Go-Lucky ) puede que La Forma del Agua sea la película que, por tener la vocación de llegar a un público más amplio, consiga darle su lugar merecido entre el espectador que busca un cine mas comercial. Otro gran peso pesado es Michael Shannon en su papel como Coronel Richard Strickland, o el de Octavia Spencer como Zelda Fuller, la amiga y compañera de trabajo de la protagonista, tampoco hay que olvidar a Doug Jones dando vida a la criatura, excelente aunque, curiosamente, para ser una película de «monstruos» tiene relativamente pocas escenas para mi gusto.
Y ya que hablamos de la criatura toca mencionar el diseño y caracterización que ha tenido, un apartado al que Guillermo del Toro siempre le da especial mimo y cariño, funciona pero no sorprende, recuerda bastante a otras ya vistas en la filmografía de este director, aunque honestamente no creo que haya que considerarlo como un punto negativo como algunas críticas sí lo han hecho.
En resumen, La Forma del Agua es una película que ha levantado grandes expectativas en muchísimas personas, el mayor elogio que se le puede dar a esta cinta es que las merece y que cumple con ellas sobradamente, un apuesta segura que no creo que defraude a nadie y que merece ser vista en una gran pantalla de cine sí o sí.