El 16 de septiembre de 2018 los fans de la innovadora serie de televisión noruega SKAM presenciamos lo que tan ansiosamente habíamos estado esperando: una adaptación española. SKAM España se adentraba en Movistar+ de la mano de Zeppelin TV y el resultado fue, como todos esperábamos, espectacular.
A continuación, repasamos las cinco claves por las que comenzar a ver SKAM España (que, por cierto, acaba de finalizar con su cuarta temporada). La tienes completa dentro del catálogo de series en Movistar+.
Tributo a la producción noruega
Cualquiera que se adentre en las vidas de los jóvenes de SKAM Noruega durante un par de capítulos queda embelesado. Por mi parte, expectación y temor se repartían en igual proporción ante el anuncio de la adaptación española: ¿sería un éxito o un completo fracaso? El listón estaba alto.
Finalmente, tras ver la primera temporada, comprendí que SKAM España era lo que necesitábamos, una representación en pequeña pantalla de lo que es ser un adolescente madrileño.
Maravilloso reparto
Capítulo a capítulo, la serie nos permite adentrarnos en la vida de Cris (Irene Ferreiro), Eva (Alba Planas), Amira (Hajar Brown), Nora (Nicole Wallace) y Viri (Celia Monedero). Quizás el deseo de querer ver más y más capítulos reside en la naturalidad de los personajes, que consiguen que te metas en su vida como si de amigos se trataran.
Poco a poco te familiarizas con ellos, sufres sus problemas y disfrutas sus victorias. ¿Qué más podemos pedir a una serie sino que nos adentre en su historia al máximo nivel de realismo posible?
Un personaje, una temporada
Quizás una de las mayores ventajas que tiene esta producción es el formato. La serie consta de cuatro temporadas, cada una de ellas centrada en un personaje. De esta forma, somos capaces de conocer en amplitud la historia de cada uno de ellos.
Se trata de una perspectiva de lo más original, ya que podemos presenciar cómo siente y actúa desde distintos puntos de vista.
Visibilidad y diversidad
En cada temporada tenemos la oportunidad de disfrutar del realismo y la naturalidad con el que se tratan temas que parecen estar escondidos, como si de tabú se trataran. La estigmatización de las enfermedades mentales, religión y homosexualidad son los tres temas que se tocan en esta producción.
En la serie podemos observar, por ejemplo, las preguntas incómodas que Amira, estudiante musulmana de Bachillerato, tiene que aguantar. Su religión y sus costumbres son discutidas una y otra vez, siendo esto una mera representación de lo que ocurre en la realidad.
Hajar Brown, la actriz que le da vida, cuenta como esta es la primera vez que una serie española da tanta visibilidad a estos temas. De hecho, nos indica la falta de referentes que ha tenido. ¿Será este un punto de inflexión y el comienzo para el cambio y la visibilidad que tantos y tantas y tantos adolescentes han ansiado?
Olvidar lo presente, aprender para el futuro
Decía Rafael Taboada, productor ejecutivo, que la serie serviría como un escape a la realidad para poder observar «todo lo que una generación se ha perdido». Las palabras «pandemia», «mascarilla» y la incertidumbre del «cuándo acabará» son ahora nuestros pensamientos recurrentes del día y ver esta serie, que destaca por su realismo, es una forma de escapar de la «nueva normalidad» que estamos viviendo y añorar tiempos pasados (o tiempos que podrían haber sido).
En una de sus entrevistas indica Begoña Álvarez, directora de la serie, que todo esto debería servirnos para recordar por qué tenemos que apelar a la responsabilidad y volver a presenciar la normalidad que tanto conocemos y ansiamos.
Sin duda, el único fallo de la serie, es que termina. Y tú, ¿a qué esperas para empezar a verla?