Lo nuevo de Shonda Rhimes para Netflix
Shonda Rhimes es una auténtica eminencia en la televisión americana. Pensad en Anatomía de Grey y sus 16 temporadas (¡y sin terminar aún!) o en Scandal o Cómo defender a un asesino. Series con un estilo muy marcado y un enorme éxito tanto entre el público como en crítica. Rhimes, y su productora Shondaland siempre han llevado sus series a la cadena americana ABC, pero esta vez han apostado por Netflix para adaptar la novela homónima Los Bridgerton.
Basada en las novelas de Julia Quinn, Los Bridgerton nos traslada a la vida de la alta sociedad del Londres de la época de la Regencia. Cada año todas las jóvenes solteras de alta cuna eran presentadas a la reina, y prácticamente toda su actividad pasaba a girar alrededor de conseguir un prometido que merezca la pena.
Daphne Bridgerton es tan joven como ambiciosa y este año ha conseguido llamar la atención de todos. Lo mismo ocurre otro año más con el duque Simon Basset pero él no está por la labor de casarse con nadie si puede mantener su estilo de vida de flor en flor. Los dos más deseados de la corte unirán fuerzas, una para encontrar el amor de su vida (de más alta cuna y riquezas, por supuesto) mientras que el otro para poder seguir con sus juegas y su soltería.
Un toque moderno
Como podéis ver, la obra de Julia Quinn casa a la perfección con la clase de series que produce Shondaland. Los Bridgerton nos ofrece una historia de amoríos y enredos con un punto divertido y moderno que engancha desde el primer capítulo sin necesidad de recurrir a giros locos de guion ni drama innecesario.
Se trata de una serie muy luminosa en todos los aspectos, no solo en el visual y que nos trae una época victoriana fresca y muy actual. Antes de su estreno, en Moobys pudimos asistir a la presentación oficial de la serie de mano del showrunner Chris Van Dusen, la diseñadora de vestuario Ellen Mirojnik (The Greatest Showman, Maléfica: Maestra del Mal) y el diseñador de producción Will Hughes-Jones (The Alienist, La reina española). El combo Mirojnik-Hughes-Jones consigue a la perfección traernos el cómo se vivía en la alta sociedad pero modernizando sutilmente muchos elementos.
El rigor histórico de Los Bridgerton se deja un poco de lado en favor del guion, sin resultar anacrónico tampoco. Algunos elementos o ropas no estaban en esa época y el reparto quizás es más diverso que lo que corresponde al Londres victoriano pero la fuerza está en los personajes y en sus conflictos.
Los Bridgerton, salseo victoriano
Aunque la historia se centre en Daphne como en la novela (la saga son 8 libros, uno por cada miembro de la familia), todos y cada uno de los miembros de la familia Bridgerton tienen su hueco en la serie. Para mi gusto quizás la propia protagonista es con quien menos empatizo mientras que la hermana pequeña, con sus dudas sobre el sexo y el feminismo el gran acierto de la serie. Incluso la reina y su aburrimiento crónico y gusto por los marujeos es un personaje diferente a otras series de época que conocemos.
Con un regusto a Janes Austen y a Sonrisas y Lágrimas bastante claro (atención a Julie Andrews como narradora), Los Bridgerton es un soplo de aire fresco entre tanta serie oscura y dramática. Amor, humor y un vestuario exquisito es lo que encontrarás en la nueva serie de Shondaland para Netflix y que seguro que disfrutarás como yo he hecho.