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    Dune, intensa y abrumadora en todos los sentidos

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    Para una gran mayoría de personas la ciencia ficción es un género de aventuras en naves espaciales, explosiones y acción. Sin embargo, la ciencia ficción más clásica trata temas morales, dramas y conflictos de poder, incluso se preocupan por la ecología o el imperialismo. Dune cae de pleno en esta segunda categoría y actualmente no hay nadie mejor que Denis Villeneuve para llevar esta historia a buen puerto.

    Crítica SIN SPOILERS

    Dune, un Arrakis desierto pero lleno de vida

    Viajemos 10.000 años al futuro, a una galaxia dominada por una serie de casas semifeudales y dirigidas con mano de hierro por un único emperador galáctico. Los Harkonnen es una casa cruel, casi inhumana, pero que lleva casi un siglo controlando Arrakis, el planeta de la especia. Dicho material es uno de los más escasos del imperio y se le atribuye propiedades casi mágicas. Pero más importante aún es que la especia es la que permite al Concilio de Navegantes el viaje intergaláctico. No cabe duda de que quien controle la especia controla el imperio y ahora, sin previo aviso, el emperador ha ordenado a la Casa Harkonnen que abandonen el planeta Dune para que vengan unos nuevos terratenientes.

    A diferencia de sus primos, la Casa Atreides es una de las más respetadas y honorables. Han llevado a la paz y la prosperidad del planeta acuático Caladan, pero ahora tienen que viajar a Arrakis para que la especia siga fluyendo por todo el imperio. Arrakis es un planeta completamente desértico, hostil para toda vida habitado solo por un grupo de nómadas conocidos como los Fremen y por unos terribles gusanos de las arenas, que devoran todo a su paso.

    La Casa Atreides no es peculiar sólo por su carisma y buen hacer, sino porque su líder, el Duque Leto ha engendrado un hijo varón con una Bene Gesserit, una misteriosa orden monástica femenina del imperio galáctico. Paul Atreides ha sido entrenado en las vías de la orden, con la esperanza de que cuando llegue a Dune se revele su auténtico destino.

    Dune

    Denis Villeneuve y el brutalismo hecho cine

    Desde el primer minuto y a lo largo de sus dos horas y media de duración, Dune busca abrumar al espectador. Desde los diseños, la fotografía, el vestuario o la música tienen una cualidad casi hipnótica. Las naves parecen edificios, las estructuras de hormigón crudo dan la sensación de haberse construido para gigantes, todo carece de decoraciones y colores, dominando una arquitectura más práctica y angulosa. Para cualquiera que haya seguido un poco la carrera de Denis Villeneuve, podrá ver un apartado visual muy continuista con Blade Runner 2049, elevado a la enésima potencia.

    Este brutalismo arquitectónico se extiende incluso a la partitura escrita por Hans Zimmer, que deja de lado su peculiar estilo sinfónico. Desde el primer acorde la banda sonora es atronador, que se funde con tonos tribales estridentes dando a toda la película una sensación de gravedad y desasosiego constante.

    Espe apartado visual y musical deja a relucir uno de los primeros defectos que se le puede achacar a Dune: la falta de emoción. Con el fin de evocar esa intensidad en todos los planos y secuencias de la película, se hace realmente difícil que nada de lo que se muestra llegue a conectar a nivel emocional con el espectador. Salvo uno o dos personajes concretos más «humanos», el resto muestran reacciones extremas más vistas en el teatro que viajan entre la impasibilidad absoluta a una sensibilidad exagerada.

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    La inevitable comparación

    Dune es la «Gran Historia» de la ciencia-ficción. Varias veces se ha tratado de llevar al cine o a la televisión con resultados un tanto dispares. La más famosa fue la aproximación de 1985 de David Lynch, con un estilo mucho más barroco y exagerado y que ha envejecido realmente mal (y podéis comprobarlo en Filmin). Ahora Villeneuve ha venido para realizar una adaptación cinematográficamente más seria que su predecesora, pero que no puede evitar compararse con esta.

    Volviendo una vez más a Blade Runner 2049, el director canadiense aportó su estilo personal adaptando el trabajo de Ridley Scott y pudo crear una historia original desde ahí. Sin embargo en Dune la historia es la que es y alguien que venga de ver la versión de Lynch no va a poder evitar pensar que se trata de un lavado de cara y un presupuesto más engordado. Quitando los efectos baratos de la anterior versión, no hay demasiados cambios sustanciales en lo que cuenta o cómo lo hace la versión de Villeneuve (prescindiendo, eso sí, de las voces en off y montajes chapuceros, menos mal).

    Se echan cosas en falta…

    La Dune de 2021 hace un gran trabajo presentando el universo de la película, incluyendo el papel clave de las Bene Gesserit o el uso de los escudos y por tanto el uso de las armas de mano en los conflictos militares. A pesar de ello, sorprende en dos horas y media de película haya historias y subtramas que pudimos ver en ver en el trabajo de Lynch y que se queden fuera aquí.

    El ritmo lento de la película hace que, por ejemplo, los mentats (que ni se les menciona como se llaman) que hay entre los Atreides o Harkonnen apenas sean márgenes en la trama principal o que no se conozca bien lo ocurrido con el Dr. Yueh.

    Dune

    El reparto que cualquier blockbuster desearía

    Dune es una de las cintas de su género más esperadas de los últimos años y eso se demuestra en el reparto, donde no ha faltado ni una sola cara conocida. Todos demuestran una gran capacidad actoral pero el mayor peso protagonista se encuentra en el dúo formado por Paul Atreides (Timothée Chalamet) y su madre Jessica (Rebecca Ferguson), que manejan con soltura la película.

    Zendaya es una de las caras que aparece en todas las promociones pero lamentablemente su aparición en la película es casi nula, al igual que Javier Bardem. Otro que apenas hace aparición pero que roba cada escena de la que sale es Stellan Skarsgård, en el papel del temible Barón Harkonnen.

    El director de Dune, Denis Villeneuve

    Denis Villeneuve ha hecho una apuesta muy arriesgada con Dune, al partir el libro original en dos y esperar a la reacción del público para realizar la segunda parte. Incluso en tiempos pre-pandemia esta película hubiese tenido una reacción complicada y Warner es bastante conocida por dar ciertos bandazos creativos.

    Dune no es una película para todos los públicos. Quien vaya al cine esperando acción o explosiones se va a sentir muy defraudado y el ritmo lento y meditabundo puede alejar a muchos otros. Sin embargo, si eso no es un freno para ti, Dune va a queda como un referente de la ciencia ficción en el cine, una película que hay que paladear con calma y que hay que ir a ver en el cine más grande al que puedas ir para disfrutarla en su máxima expresión.

    Dirección: Denis Villeneuve.

    Guion: Eric Roth, Denis Villeneuve, Jon Spaihts. Novelas: Frank Herbert.

    Música: Hans Zimmer.

    Reparto: Timothée Chalamet, Rebecca Ferguson, Oscar Isaac, Josh Brolin, Zendaya, Stellan Skarsgård, Javier Bardem, Jason Momoa, Charlotte Rampling, Dave Bautista, Sharon Duncan-Brewster, Chang Chen, David Dastmalchian.

    Género: Ciencia Ficción.

    Duración: 155 minutos.

    Fecha de estreno: 17 de septiembre de 2021.

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