Cuando empezabas a ver The Boys sin tener muy claro lo que esperarte alucinabas en los primeros minutos. The Boys era directa y brutal, y conseguía dejarte con la boca abierta en cada episodio. Superhéroes, filias, drogas, sexo, gore, mucho gore… todo tiene cabida en esta serie de superhéroes donde nada es sagrado, en especial los iconos culturales. tras dos temporadas cuesta un poco mantenerse a la altura, pero los primeros 10 minutos de el primer episodio de The Boys T3 consigue dejarte con la boca abierta, planteándote cómo han sido capaces de plasmar eso en la pantalla.
(esta review no contiene spoilers de la tercera temporada de The Boys)
The Boys T3, el centro del huracán
Al final de la segunda temporada de The Boys las historias llegaron a una extraña tregua. Hughie finalmente dejaba de lado a los chicos y se volvía una persona de provecho, trabajando para la congresista antisuperheroica Victoria Neuman mientras afianzaba su relación con Starlight. Leche Materna al fin consiguió reunirse con su mujer e hija y Franchie puede seguir con su extraña vida junto a Kimiko. A-Train ha recuperado su sitio en Los Siete y todo parece seguir su vida…
Pero Carnicero y Patriota se han vuelto más siniestros que nunca. El conflicto de Stormfront y el desenlace con Becca les ha trastornado hasta límites insospechados. Perdiendo un ser querido tras otro Patriota es cada vez más alienígena y psicópata, pero sigue siendo el gran y carismático protagonista que todas las producciones de Vought quieren mostrar. Carnicero, después de volver a perder a su mujer, sigue más obsesionado que nunca, pero ahora tiene la responsabilidad de vigilar a un hijo que representa todo lo que odia.
Más bestia, pero con la misma esencia
Nadie duda que The Boys sea una de las series más salvajes y exitosas del panorama friki. En su momento tuvimos series como Preacher (protagonizado también por Karl Urban) en HBO o Happy en Netflix, pero no tuvieron tanta repercusión como para ser una de las series de cabecera de la plataforma. Siempre he mantenido que The Boys adaptaba magistralmente el cómic homónimo, que de violento y soez era hasta desagradable, quedándose solo con las cosas buenas.
Como punto negativo, para seguir enganchando al espectador es necesario superarse en cada temporada. Eso se demuestra en los primeros minutos del capítulo cuando podemos ver a ciertos superhéroes estar de fiesta de una forma demasiado parecida al cómic de Garth Ennis (con muchas drogas, sexo y consecuencias morbosamente imprevistas). Se sabe que en esta temporada incluso han adaptado el arco argumental del cómic titulado «Herogasm», que habla por sí mismo. Quitando esos elementos que buscan la sorpresa (y vaya si lo consiguen), la historia sigue los mismos elementos que vimos en la temporada anterior.
Quitada Stormfront del mapa como gran villana y elemento sobre la que giraba la mayoría de la segunda temporada, necesitamos seguir desarrollando a los personajes. En el primer capítulo tenemos hueco para todos los personajes que ya habíamos visto hasta ahora, que por ridículo que fuese (si, The Deep sigue siendo el alivio cómico), prometen un avance en esta temporada.
Si bien aun nos falta un poco para conocer a los nuevos fichajes de la tercera temporada como a Jensen Ackles haciendo de Soldier Boy, la serie nos da lo que promete. Una serie que mira los superhéroes desde otro punto de vista y que, incluso debajo de todos esos kilos de casquería y sangre, ofrece unas reflexiones que ninguna otra serie se atreve a hacer ahora mismo sobre la responsabilidad, la venganza o el sentido de la propia humanidad.