Seamos directos: la mayor parte de las cintas que se presentan a festivales de cine son dramas. De época, costumbristas, bélicos, thrillers… La comedia, así como el género romántico puro tiende a huír de estos certámenes. Por suerte Fingernails (Esto va a doler en español) se ha colado entre las candidatas a Concha de Oro del 71 Zinemaldia, contando una historia que deconstruye el amor romántico de Hollywood añadiendo un pequeño giro truculento.
La ciencia de las relaciones
Imagina que existiese una prueba con la cual se puede demostrar, de una forma científica y sin dudas que existe el amor entre dos personas. Solo una pequeña intervención, consistente en arrancarte una de tus uñas, es suficiente para analizar el nivel de enamoramiento con tu pareja. Es una prueba que ha conseguido demostrar que gran parte de la sociedad vive sin amor, pero si eres una de esas parejas que están al 100% enamorados no debería haber problema. ¿O sí?
Anna y Ryan tienen ese buscado y extraño 100% pero su relación está empezando a caer en la rutina y Anna decide aceptar un trabajo en el lugar donde se realizan esas polémicas pruebas. Allí, además de la intervención propiamente dicha, se realizan «cursos de amor» donde se busca reforzar ese vínculo de cara a la prueba. Basándose en el concepto de amor romántico propio de las películas, Anna y su mentor, Amir, empiezan a asesorar a parejas en el amor, descubriendo poco a poco una relación que los dos preferirían evitar.
Una película romántica sobre películas románticas
Fingernails (Esto va a doler) resuelve una de las grandes incógnita del ser humano: ¿cómo puedo saber sin dudas si siento amor y la otra persona siente lo mismo? Desde el primer momento nos hace partícipes de ese conflicto y de cómo se comportan las parejas una vez obtienen el resultado de la prueba, ya sea negativo, positivo o inconcluyente (lo que indica que uno de los dos miembros sí siente amor, pero el otro no, sin poder saber cuál).
Para ello se plantea que la manera de conseguir el amor está en los tropos que conocemos de películas románticas, como entablar una conversación bajo la lluvia, vivir una experiencia que dispare adrenalina o incluso provocar físicamente dolor al ver a la otra persona marcharse. Todas esas son ideas muy naifs que encajan bien dentro de la película pero también hacen ver a los protagonistas que a lo mejor el amor está más allá de lo que dicta el cine y empieza a sembrar dudas acerca de si lo que indica una máquina frente al corazón es un veredicto definitivo.
En la película vamos viendo todo ese viaje emocional a través de los ojos de Anna, que le da vida de una forma magistral Jessie Buckley, con quien empatizas desde el primer momento. Al otro lado Riz Ahmed interpreta a ese compañero de trabajo de Anna (donde el propio director comentó en la rueda de prensa que ha se ha proyectado más de lo que le gustaría), comunicando mucho más con la sutileza de los gestos o la mirada. Para completar este triángulo amoroso, Jeremy Allen White refleja a la perfección el tedio y monotonía de una relación.
Christos Nikou hace un ejercicio de metanarración descubriendo una historia de amor entre dos personas cuyo trabajo es el amor propiamente dicho y de donde surgen los mejores momentos para una comedia romántica. Es inevitable salir de Fingernails con una sonrisa dibujada en la cara, no sin pensar que, finalmente, las mejores historias terminan teniendo más drama que amor y tienen un punto truculento.
Fingernails (Esto va a doler) es una película que, como buena película romántica, resiste muchos visionados, con un plantel muy potente y una buena reflexión.
DIRECCIÓN: Christos Nikou / GUION: Christos Nikou, Sam Steiner, Stavros Raptis / REPARTO: Jessie Buckley, Riz Ahmed, Jeremy Allen White, Luke Wilson, Annie Murphy / GÉNERO: Comedia, Drama / DURACIÓN: 113 minutos / FECHA DE ESTRENO: 3 de octubre de 2023.
