Cuando uno piensa en festivales de cine películas como Yana-Wara son las que vienen a la cabeza. Películas valientes, realizadas con pocos medios pero con mucho corazón, que ofrecen una mirada diferente a otras sociedades y culturas.
Yana-Wara es una niña maldita por los espíritus. Huérfana desde muy niña y privada de la capacidad de hablar, la pequeña fue entregada al cargo de su abuelo, quien se encargará de ella en la pequeña comunidad. Ahora el anciano es detenido acusado de matar a su propia nieta y él deberá explicar cuál ha sido el viaje de la niña Yana-Wara, maldita por los espíritus.
Estética y cultura
Yana-Wara es una película que llama la atención desde su mismo concepto. Rodada en formato cuadrado, interpretado completamente en la lengua aymara y por actores no-profesionales. Además a esto se le suma una fotografía en blanco y negro con un contraste elevadísimo y unos planos largos y fijos, que refuerzan lo agreste del escenario.
Y es que el terreno juega también un papel protagonista en esta historia. Los montes rocosos del Perú encierran misterios y sociedades propias, que nos pueden parecer anacrónicas o extrañas pero que nos enseñan que hay otras culturas que debemos cuidar y respetar ya que son muy frágiles.
Yana-Wara es una película que hace un gran énfasis en mostrarnos la cultura aymara y como se relacionan con el mundo, tanto a un nivel mas mundano, con esa figura del profesor rural, así como con el mundo más sobrenatural y espiritual, con esa cultura animista y chamanista que rodea a las pequeñas sociedades rurales.
En el marco del 27º Festival de Málaga pudimos entrevistar a su director Tito Catacora y a Irma D. Percca, una de las actrices que formaron parte de ese gran proyecto, os la dejamos por aquí
Dirección: Tito Catacora, Óscar Catacora / Guion: Óscar Catacora / Reparto: Luz Diana Mamami, Cecilio Quispe Ch., Juan Choquehuanca, Irma D. Percca, José D. Calisaya / Género: Drama. Fantástico / Duración: 105 años / Fecha de estreno: 4 de abril en Perú