Durante mucho tiempo Dreamwork siempre ha sido la competencia directa de Disney en lo que respecta al cine de animación. Cuando el 3D desbancó al 2D y Pixar entró en el juego, los contendientes ya no estaban tan claros. Desde hace unos años Sony está siendo una apuesta segura en lo que respecta a la animación más disruptora y Pixar-Disney sigue estable dentro de la animación familiar. Pero con Robot Salvaje, Dreamworks lo ha vuelto a hacer.
Los robots Rozzum están diseñados para acometer cualquier tarea que un humano pueda necesitar. Sea cual sea la tarea, harán todo lo posible para llevarlo a cabo. Está en su programación. Pero, ¿qué puede hacer un Rozzum perdido en una isla desierta? Este Rozzum, nuestra Roz, deberá descubrir su lugar en el mundo cuando un solitario pollito de ganso nazca en sus manos. Y todo el mundo sabe que los gansos reconoce como su madre a la primera criatura que ve. Está en su programación. Y una madre tiene que proporcionar comida, enseñar nadar y finalmente enseñar a volar antes de la llegada del invierno. Eso son tres cosas concretas que un robot Rozzum puede acometer antes de pedir que sea enviado de nuevo a fábrica como modelo defectuoso.
Aprender a reprogramarse
Wall-E nos enseñó a todos que no hace falta una gran plasticidad para poder transmitirnos emociones al espectador y en Robot salvaje Roz nos ha robado el corazón. El viaje de este robot para pasar de un dispositivo doméstico a un individuo propio es una de las cosas que hace grande a esta película. En primer momento Roz te gana desde el humor, viendo el contraste que ocurre entre la tecnología y el entorno salvaje, pero después, a medida que vamos viendo más y más emociones te identificas al completo, con alguien que no sabe su lugar en el mundo y que, en el fondo solo quiere hacer un poco mas felices a los demás.
La otra mitad de esta ecuación la conforman todos los animales que pueblan esta paradisíaca isla, que intenta hacerla entender que a veces hacer lo correcto no es necesariamente hacer el bien. Que hay que improvisar y pensar con el corazón. Y en ese punto es donde la película puede sentirse un poco más para encandilar al público más pequeño pero se integra a la perfección en la historia. También se mezcla con un mensaje de respeto por la naturaleza que nunca está de más.
Respecto a la animación Robot Salvaje es una película que sencillamente nos deja sin palabras. Los escenarios que dibujan son espectaculares y una calidad sorprendente y el estilo visual se sale de una animación ultrarrealista «tradicional» que, sin llegar a puntos como en Spider-Man: un nuevo universo o Tortugas Ninja, si que deja espacio a la creación artística más tradicional. Nosotros pudimos ver la película en Festival de Cine de San Sebastián en versión original subtitulada, escuchando el gran trabajo de voces como la de Lupita Nyong’o, Pedro Pascal, pero también a Catherine O’Hara o Mark Hamill. En España las voces de los protagonistas serán interpretadas por Macarena García y Álvaro Morte que sin duda han hecho un gran trabajo.
La música también juega un gran papel en la película, en especial para dirigir las emociones del espectador en los momentos más emotivos o dramáticos. Y es que Robot Salvaje es una película donde cuesta no soltar alguna lagrimita. Sin embargo es una película que vería una y otra vez y las istrutaría como la primera ya que es tan emocionante como entretenida, llena de momentos divertidos y con un ritmo que te atrapa y no te suelta. Sin duda una de las grandes candidata al premio Oscar de animación de este año.
Dirección: Chris Sanders / Guion: Chris Sanders / Reparto: Álvaro Morte, Macarena García (voces) / Género: animación / Duración: 101 minutos / Fecha de estreno: 11 de octubre de 2024.