Tras el parón navideño y ahora que se me ha pasado un poco la emoción de El Despertar de la Fuerza (pero solo hasta que vuelva a verla), retomamos el repaso de la saga Star Wars. Hoy es el turno del Episodio IV, Una Nueva Esperanza. A pesar de ser la primera de todas, la original, el inicio, el hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana… posiblemente no pueda considerarse la mejor. No porque tenga fallos, que también los tiene como todas, sino porque El Imperio Contraataca dejó, tres años después, el nivel muy alto.
Esta entrega sienta las bases de una saga que habla de creer en uno mismo, y creer en los demás. Atrás quedan los politiqueos de los tres episodios anteriores, ahora existe un Imperio (a manos de la uva pasa) que gobierna con puño firme y una Alianza Rebelde que quiere recuperar la libertad de la República. Y ya está, ni rollos de tu me traspasas el poder, ni quitamos al canciller y ponemos a otro, ni Jar Jar en el senado. La Alianza son los buenos, el Imperio son los malos, punto. Empezamos con un Luke perdido, que lo único que quiere es vivir aventuras, pero que en el fondo no creer que lleguen a ocurrir. Pero, por casualidad, aparecen casi a la puerta de su casa dos droides (que no son los que buscáis) con un mensaje para un enigmático ermitaño que resulta que conocía a su padre muerto. Y no voy a hablar mas de la historia porque todos la conocemos: naves espaciales, sables láser, Estrella de la Muerte y Darth Vader. Genial.
Los personajes de esta historia son carismáticos en general, pero hay uno que deslumbra y todos sabemos que es Han Solo y su “labia con la que sale de todas las situaciones complicadas” (guiño guiño). Mientras que la princesa Leia recoge el relevo de su madre como defensora del pueblo y mujer decidida (que acaba llevando a los protagonistas a un compresor de basuras), el duo Skywalker-Solo da dinamismo a toda la película la película. Esto hace perder potencia a personajes como Obi-Wan, que lo mata Darth Vader, pero es una pérdida a la que nos reponemos rápidamente porque seguidamente nos vemos inmersos en la batalla de la Estrella de la Muerte.
Por ultimo el villano, Darth Vader, la verdad es que en esta película se ve muy poco de él. Descubrimos que fue el aprendiz de Obi-Wan y que es un buen piloto (y que puede matar a gente sin pestañear), pero realmente el mito de este personaje se forjó con los episodios V y VI más que con éste. Aunque esa particular respiración y la voz de Constantino Romero ya dejaron huella en nuestros corazoncitos galácticos.
Es una película dinámica y entretenida con personajes muy carismáticos y originales, que revolucionó la manera de hacer cine y creó lo que podríamos llamar un culto. “La fuerza, el Lado Oscuro, los Jedi…Son reales”. A pesar de lo que el señor Lucas hiciese con la otra trilogía, con esta película demostró que su imaginación era un mundo a parte y no nos queda otra opción que darle las gracias por querer compartirlo con nosotros.
“Ayudame Obi-Wan Kenobi, eres mi única esperanza” Leia Organa