Edgar Wright se ha especializado en hacer cine comercial con un marcado estilo propio. Baby Driver es su nuevo trabajo después de cerrar la Trilogía del Cornetto, tras cinco años de parón como director. Alejado de Reino Unido y de su actor fetiche, Simon Pegg, Wright nos trae en Baby Driver una cinta con mucha acción pero, sobre todo, mucha música.
Baby es el tipo que mantiene el motor en marcha. Es quien espera a las puertas del banco y hace que el plan termine como debe. Habla poco, lleva gafas de sol y siempre, siempre, va escuchando música con su iPod. Doc es el cerebro de las operaciones: distintos atracos, distintos equipos, pero siempre con Baby al volante. Pero Baby, el conductor de las fugas, no está interesado en los atracos, él quiere coger un coche y desaparecer por la carretera. Hasta que conoce a Debora, claro.
Baby Driver, la música ante todo
Baby Driver es el nombre de una canción de Simon and Garfunkel y es que, desde el propio título, todo va al ritmo de la música. Steven Price firma la partitura de un película dominada por ella. Hasta 30 canciones, desde Queen a James Brown pasando por Blur o los Beach Boys, suenan a lo largo de la película en los auriculares de Baby. Pero en Baby Driver, la música va más allá de la melomanía, hasta el punto de que los movimientos de los actores durante la película van sincronizados con la misma, como si de una coreografía se tratase. Si en Scott Pilgrim, Wright estaba obsesionado con los números, aquí es con la música.
Y es que Baby Driver es 100% Edgar Wright. Más allá de sus guiños habituales (como el de contar el final de la película al principio de ella) y sus montajes frenéticos, el director demuestra una pericia con la cámara envidiable. A pesar de la trama romántica y ciertos momentos cómicos, la película es una obra mucho más madura y seria que las anteriores, alejándose de la comedia de la ya conocida como Trilogía del Cornetto (Zombies Party, Arma Fatal y Bienvenidos al fin del mundo). Aquí Wright demuestra que no solo es bueno escribiendo diálogos, sino que la acción también se le da bien, enseñando unas persecuciones de coche que hacen palidecer a la saga Fast & Furious.
En el reparto, Ansel Elgort suple muy bien el papel del introvertido pero ético conductor. Su actuación no es demasiado exigente (mas allá de lo físico) pero tengo la sensación de que no termina de quitarse ese aire de niño bueno que se ganó en Bajo la misma estrella. Por otro lado, los ganadores de Oscar, Jamie Foxx y Kevin Spacey, vuelven a compartir pantalla desde Horrible Bosses, siendo el caso del primero una versión chunga de su Hijoputa Jones.
He de reconocer que Baby Driver no me convenció en un principio. Luego vi el tráiler y me abrió la curiosidad. Finalmente vi que era el nuevo trabajo de Edgar Wright y me convenció del todo. Pero Baby Driver es más que la obra de un director, es una película entretenida, divertida y completamente redonda.
Director: Edgar Wright.
Reparto: Ansel Elgort, Lily James, Jamie Foxx, Jon Hamm, Kevin Spacey, Eiza González, Jon Bernthal, etc.
Durante su visita por Madrid, pudimos entrevistar tanto al director como a Ansel Elgort y Eiza González, así que aquí os dejamos sus entrevistas.