HBO parece haber encontrado en Big Little Lies una nueva joya con la que adornar su, hasta ahora, valioso catálogo. La serie se convirtió en una de las más galardonadas en la pasada edición de los premios Emmy, y la posibilidad de que la miniserie tenga una segunda temporada está cogiendo cada vez más forma.
Mucho más que una ficción televisiva
Big Little Lies es una serie profunda. Es, en sí misma, el reflejo de muchos de los problemas sociales que afectan a miles de personas en su día a día. Pero, sobre todo, es un gran ejemplo de cómo tratar de solucionar dichos conflictos. El punto de partida con el que arranca la serie es un asesinato. El espectador no conocerá nada sobre quién es la persona que ha muerto ni quién es su asesino hasta el último capítulo. La trama se cruza con una serie de testimonios de los testigos que han presenciado el incidente y que van soltando pequeñas migas de pan sobre el comportamiento de los protagonistas en los días previos, así como la evolución de las relaciones entre los mismos. Todo ello hace que Big Little Lies te intrigue desde el primer capítulo. Y eso, ¡nos encanta!
El hecho de que la mayor parte de los personajes femeninos de la serie estén interpretados por actrices que sobrepasan los cuarenta años se convierte en un punto a favor, precisamente porque eso la convierte en una serie que ha sabido diferenciarse del resto de ficciones en las que los personajes maternos son encarnados por actrices cada vez más jóvenes. Pero Big Little Lies no es la típica serie que se centra exclusivamente en mostrar las preocupaciones de una madre a la hora de educar a sus hijos. También lo hace, pero prestando mucha más atención a sus vidas y a la lucha contra sus propios fantasmas personales, relacionados con la violencia de género, las agresiones sexuales, las relaciones entre madres e hijos, la frustración profesional o la infidelidad. Pero, sin lugar a dudas, de todas estas cuestiones hay una que sobresale y que se convierte en un elemento común en todos los personajes femeninos: el machismo.
Más allá de la maternidad
Reese Witherspoon, Nicole Kidman y Shailene Woodley, encabezan el reparto de la serie, interpretando a tres madres completamente dispares. Madeline (personaje de Reese Witherspoon) es una mujer extrovertida, carismática y luchadora. Muy luchadora. Podría definirse algo así como la representación del espíritu feminista. No es perfecta y lo sabe. Su vida tampoco lo es, aunque lo parezca. Pero es impulsiva y eso le ha llevado a cometer errores.
Mientras, a través del personaje de Celeste (interpretada por Nicole Kidman) la serie nos traslada al trágico escenario de la violencia de género, dejando ver cuáles podrían ser algunos de sus primeros indicios, así como los mecanismos a seguir para hacerle frente. Sin embargo, lo más significativo es la evolución que experimenta este personaje, sin olvidarnos de los efectos colaterales que las agresiones generan, no solo en ella, sino también en su familia, aparentemente perfecta, pero ligeramente desestructurada.
Por último, Jane (interpretada por Shailene Woodley) representa el culmen del comportamiento machista a través de la agresión sexual. Una agresión que la atormenta a diario y que dio lugar al nacimiento de su hijo. Jane representa eso y mucho más. La venganza y ese esfuerzo por escapar y dejar de lado su pasado, que tendrá consecuencias funestas, pero que la liberarán.
El escenario de esta historia movida, principalmente, por la necesidad de mantener las apariencias es Monterey, un pueblo de la costa de California poblado, en buena parte, por familias de un alto nivel económico. Por último, otro de los grandes conflictos planteados en la serie es el bullying. Un problema temprano que surge al inicio de la escuela primaria, ¡en el primer día de clase! Hay que aplaudir a Big Little Lies por dar un paso más allá y saber exponer perfectamente cuál podría ser la forma de erradicar este problema. ¿Puede estar el comportamiento de un niño agresor influenciado por la conducta de sus padres? La ficción nos demuestra que sí.
Big Little Lies no solo ha consolidado su éxito como ficción, sino también la necesidad de que más cadenas y plataformas apuesten por este tipo de contenidos. ¿Aún no la has visto?