Ya estamos en el BFI London Film Festival
Día de estrenos para un servidor, primer día es un festival de cine ( y primera vez que tengo el honor de escribir para Moobys). Primera jornada en el BFI London Film Festival, uno de los eventos imprescindibles para todo cinéfilo que habite por estos lares.
El LFF no juega en la liga de los grandes Festivales como puedan ser Cannes o San Sebastián, aunque no por ello deja de ser atractivo, es indiscutible reconocer que Reino Unido es una de las grandes potencias en el séptimo arte, y este evento es uno de sus mejores escaparates para mostrar al mundo lo que mejor sabe hacer, pero la oferta de proyecciones no se se reduce solo al mundo anglosajón, películas de todo el mundo ocupan un lugar relevante en las carteleras del festival, especialmente pujante las de habla hispana, que según me cuentan los mas veteranos del lugar es año tras año mas numerosa y causa gran expectación.
Comenzamos la primera jornada con nervios y entusiasmo, una vez superado los trámites iniciales para recoger el pase de prensa toca ponerse manos a la obra, las salas de cine que rodean Trafalgar Square y Piccadilly Circus se convierten en el centro neurálgico del Festival. Toca instalarse en la zona habilitada para prensa en el Picture House Central y chequear por última vez los horarios, nos lanzamos a ver ‘The Cakemaker’
‘The Cakemaker’ recibió significativos aplausos entre el numeroso público congregado, esta producción germano-israelí del director Ofir Raul Graizer no narra una historia a priorí poco original, un hombre de negocios llamado Oren comienza una relación con Thomas tras conocerse en el establecimiento donde el segundo trabaja como pastelero, tras alrededor de un año de relación Oren fallece repentinamente dejando a Thomas devastado, el cual decide aventurarse y viajar a Israel en un intento por conocer algo mas del hombre que había amado, tanto es así que termina trabajando como pastelero en el restaurante de la esposa del israelí, la cual desconoce completamente el romance que hubo entre su fallecido esposo y Thomas.
El gran acierto de ‘The Cakemaker’ es mostrarnos una historia ya vista en otras películas desde un punto de vista completamente diferente, la cinta transcurre en tres idiomas, alemán, hebreo e inglés, y este factor es lo que la hace especialmente atractiva, y es que el hecho de que los personajes tengan que interactuar en un idioma que no terminan de controlar le da un encanto especial, es una cinta con pocos diálogos, las miradas, los gestos y los silencios lo dicen todo en la mayoría de las ocasiones, creo que el espectador que se haya encontrado en la situación de vivir en un país extranjero y tener que interactuar con un idioma que no domina mucho conectará especialmente con esta película. Mención especial merecen sus dos principales protagonistas, que realizan un magnífico trabajo, y de la música, que centró gran parte de las preguntas al director al finalizar la proyección.
Tras ‘The Cakemaker’ momento de un breve descanso para comer y debatir con el resto de prensa, avanza la tarde y toca caminar en dirección al Ciné Lumière para ver ‘A Season in France’, muchos invitados pero poca prensa (no creo que superáramos la decena), la razón no creo que fuera desinterés por la película sino el hecho de que la sala donde se proyectaba quedaba muy apartada de todas las demás
‘A Season in France‘ es una cruel bofetada de realidad, esta producción francesa del director nos narra la vida de Abbas, un antiguo profesor de la República Central del Congo que a consecuencia de la guerra civil termina refugiado en Francia junto con sus dos hijos, atormentado por la muerte de su mujer en el conflicto armado Abbas y su familia deberán luchar por intentar adaptarse a su nuevo hogar y enfrentarse a numerosos problemas como el sistema de inmigración europeo, el racismo o el encontrarse en una difícil situación económica. ‘A Season in France’ es una película orientada a ser proyectada fuera del cine comercial, una cinta pensada para que el espectador reflexione y fomentar el debate sobre el tema que trata. Una de las ventajas que supuso que nos colocaran a la prensa en la última fila fue el poder observar las reacciones del público, creo que fueron mixtas, pude ver a espectadores llegar a llorar mientras otros no terminaban de conectar con la película, ‘A Season in France’ no es apta para cualquier espectador, tiene un ritmo pausado y su realismo casi la acerca a parecer un documental, sin duda es una película relevante para el que quiera profundizar en este tema.
Avanza la jornada y desgraciadamente ya no da tiempo para ver una tercera película, es momento de irse a casa y reflexionar, por delante todavía quedan muchos días de festival, con la mira en las grandes apuestas del evento que están por llegar, allí estaremos y aquí os lo contaremos.