En busca de El Dorado
La nueva película de Agustín Díaz Yanes, conocido por dirigir Alatriste, dará el pistoletazo de salida en las salas de cine el próximo 10 de noviembre. Basada en el relato del mismo nombre de Arturo Pérez Reverte, la película nos dará a conocer la historia de un grupo de conquistadores españoles que viaja hasta el Amazonas con la intención de encontrar la mítica ciudad de El Dorado. Una premisa bastante interesante y que, a priori, hace que la película parezca reunir muchos de los ingredientes necesarios para ser tenida en cuenta. Sin embargo, muchos de estos ingredientes no llegan a cumplir las expectativas. Si aún estas dudoso sobre si ir o no ir a ver Oro a las salas de cine, en Moobys te ofrecemos una lista con algunas de las razones por las que no deberías reservar tus entradas. ¡Empezamos!
¿Por qué no nos ha gustado?
5. Un ritmo lento.
Tal vez muchos de vosotros estaréis de acuerdo cuando la veáis (si decidís hacerlo) y es que Oro se esfuerza por hacernos creer que la trama se va a desatar en cualquier momento, cuando en realidad se trata de un intento frustrado, pues no llega a cuajar del todo. Por si fuera poco, gran parte de los personajes corren una suerte muy inesperada, y aunque en principio este parezca un buen método para cargar de acción y movimiento la historia, no lo consigue.
4. Se hará larga.
Es muy probable que la más de hora y media que dura la película se te haga larga y pesada. Precisamente por ese ritmo tan pausado que sigue el film. Te dejará con un sabor muy agridulce.
3. Reparto desaprovechado.
Por si fuera poco, el magnífico reparto que conforma la película, en el que encontramos nombres como José Coronado, Raúl Arévalo, Óscar Jaenada, Bárbara Lennie, Ana Castillo y otros muchos rostros de la ficción española, no dan todo lo que deberían dar de sí. Incluso podría decirse que alguno de ellos toma un papel más de figurante que de protagonista. Sus desafortunanzas no sorprenden en absoluto (de hecho, son en su mayoría indiferentes), pues interpretan a personajes prácticamente vacíos (salvo excepciones como Raúl Arévalo y Bárbara Lennie) que no logran conectar con el espectador, o al menos, no como deberían.

2. El acento de Ana Castillo.
Lo primero que pensé cuando vi a Ana Castillo en esta película fue que era una actriz a la que no estaba acostumbrado a ver en ese tipo de papeles (de hecho, hace dos semanas la había visto protagonizando La Llamada). Y me gustó ver que se atrevía a hacerlo. Sin embargo, tan solo con pronunciar su primera frase entendí que su participación era completamente irrelevante. Es un fallo brutal que la actriz no corrigiera su acento a la forma de hablar de la época (por exigencias del guion imagino). Y lo mismo sucede con algún que otro personaje. Por desgracia, esto hizo que su personaje perdiera toda la credibilidad que en un primer momento podría esperarse de él.
1. No es una superproducción.
Oro tenía todo a su favor. Un buen reparto, un director de Goya, un notable presupuesto (8 millones de euros) y una historia muy llamativa. Cuando entras a verla tienes la sensación de que verás una película al más puro estilo de 1898. Los últimos de Filipinas, pero nada más lejos de la realidad. Y eso es algo que se evidencia especialmente en algunas de sus localizaciones. La película se rodó en España, especialmente en Andalucía, donde se rodaron algunas escenas en las playas de Conil, en Cádiz. El equipo también se trasladó hasta las Islas Canarias, donde se rodó parte de la película en la laurisilva canaria de la isla de La Palma. Y aunque es cierto que algunas de estas localizaciones están lo suficientemente logradas, otras por el contrario son bastante chapuceras.
Habrá que buscar El Dorado en otra parte…