Para muchos, Mulan fue la película donde Disney empezó a dar un cambio de rumbo con sus princesas. Fa Mulan no es una joven que sueña con el príncipe azul o tiene una relación basada en el síndrome de Estocolmo con una bestia peluda. Es una joven fuerte y decidida que decide vestirse de hombre para irse a luchar contra la invasión de los hunos. Aquí ya no hay zapatito de cristal.
Después del flamante éxito de las adaptaciones en imagen real de Cenicienta y La Bella y la Bestia, Disney tiene en el punto de mira al resto de sus clásicos. Salvo retrasos, el año que viene nos espera Aladdin, de Guy Ritchie, y un poco después, en 2020, Mulan de Niki Caro.
La directora de La casa de la esperanza o En tierra de hombres está preparando toda la producción en Nueva Zelanda, donde el equipo técnico encargado de crear la fantástica Sakaar de Thor Ragnarok está preparando los sets de una de las películas más ambiciosas de la casa del ratón Mickey.
Mulan se rodará en Nueva Zelanda con el equipo técnico de Thor Ragnarok
Según indica PursueNews, el presupuesto inicial de Mulan serán 290 millones de dólares, que comparado con los 95 de Cenicienta o los 160 de la ambiciosa La Bella y la Bestia, hacen de esta película una de las adaptaciones de acción real más cara hasta la fecha.

Credito: Anne Marie Fox / Focus Features
Mulan y el desequilibrio de Holywood
Ahora, es necesario poner un poco las cosas en contexto para ver las desigualdades de Hollywood. Con ese presupuesto, Mulan de Niki Caro pasa a ser la película dirigida por una mujer más cara de la historia pero Caro pasa a ser la 4ª directora de una película de acción real con un presupuesto superior a 100 millones de dólares. Aún falta camino por andar.
Sin duda 290 millones para Mulan es una cifra impresionante para una película de este calado (Wonder Woman tenía 150 millones de presupuesto, por ejemplo) por lo que no sólo esperamos ver una recreación apabullante de la China imperial, si no también ver en todo su esplendor uno de los clásicos Disney más épicos.






