La acción se sitúa años antes, en la llamada “edad oscura”
Ken Follet es uno de esos escritores de método, que se toma su tiempo para escribir, pero también para contar historias bien hiladas y entrelazadas. Por este mismo motivo, 30 años después de la publicación de su gran éxito, Los pilares de la tierra, Follet vuelve a llevarnos a la Inglaterra medieval en esta precuela de su obra más famosa para que conozcamos un poco más sobre la apodada “edad oscura”.
El autor nos sitúa así en el año 997, momento en el que Inglaterra se enfrenta de forma habitual a los ataques de los galeses por el oeste y de los vikingos por el este. El mundo es un lugar difícil en el que vivir, y tan sólo unos pocos ostentan el poder, y lo hacen a la fuerza y abusando de él.
En Las tinieblas y el alba contamos con tres personajes principales, Aldred, Edgar y Ragna. Aldred es un monje que ansía convertir su abadía en el centro de la sabiduría, una referencia de conocimiento para toda Europa, mientras que Ragna es una noble normanda que se enamora de un conde inglés y decide abandonar su país y partir a Inglaterra por amor.
Finalmente está Edgar, un constructor de barcos que ve cómo su vida da un giro radical en apenas una mañana y debe replanteárselo todo. Tres vidas muy diferentes y aparentemente con poco en común que confluyen en un mismo lugar y en un mismo tiempo, en Inglaterra a finales del primer milenio, y que se tendrán que enfrentar, tanto juntos como separados, a muchísimos obstáculos.
Un libro extenso e intrincado
Follet es famoso por su forma de escribir, descriptivo y dado al detalle excesivo, por lo que no es de extrañar que su nueva novela cuente con un total de 936 páginas divididas en 4 partes y un total de 43 capítulos de larga extensión en los que se van alternando las historias de los tres principales protagonistas al tiempo que se entrelazan de una manera u otra sus propias vidas.
La trama transcurre a lo largo de 10 años, lo que ofrece al espectador un conocimiento en profundidad de los personajes, tanto principales como secundarios, y unas tramas que consigue cerrar. Dentro de la ficción, el escritor hace alusión en ocasiones a momentos y personajes reales, como el rey Etereldo por ejemplo.
En esta precuela, el autor escoge una narración más ágil y sencilla, evitando pasajes dedicados a la construcción de catedrales, algo que se agradece infinitamente. Aunque la narrativa es extensa y precisa, en ocasiones el autor también recurre a los saltos en el tiempo para poder centrarse en las situaciones más relevantes para la trama, algo que de nuevo el lector agradece.
Una precuela independiente
A pesar de que, como ya hemos comentado, se trata de una precuela de su obra Los pilares de la tierra, lo cierto es que se trata de libros independientes, y no es necesario hacerse leído uno para entender el otro y viceversa.
De hecho, es una pequeña sorpresa desvelada al final del libro la que consigue unir ambas historias, algo que ilusiona a quienes hayan leído la primera obra, pero no influirá en absoluto a los que no lo hayan hecho.
Personajes con alma
Como ya hemos comentado, Las tinieblas y el alba cuenta con tres personajes clave sobre los que transcurre la trama y que se llevan el peso de la obra: Edgar, Ragna y Aldred.
Merece la pena destacarlos por el extraordinario trabajo que hace el autor construyendo sus personalidades, a lo largo de los 10 años que logramos conocerlos, Follet nos deleita con una increíble capacidad para darles vida, haciendo que el lector sienta que los conoce, que realmente pudieron haber existido.
Se trata de personajes sólidos y valientes, con sus miedos y dudas, pero siempre anteponiendo la verdad y la honorabilidad a todo lo demás.
Respecto a los personajes malvados de la novela, que son unos cuantos, destaca como punto negativo para Follet el hecho de que no se les humaniza, es decir, son malos y punto, no hay grises. Es curioso porque los malos son malos y los buenos, buenos. Hubiera estado bien humanizar un poco más a los malvados, dotándolos de más capas y no sólo maldad y egoísmo, haciendo ver cuáles eran sus motivaciones para ser como eran.
Autor: Ken Follet.
Editorial: Plaza & Janés editores.
Publicación: 15 de septiembre de 2020.
Nº de páginas: 936.
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