Parece que ha pasado un mundo desde la última vez que fuimos al Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Parece que ha pasado demasiado tiempo para muchas cosas. En Moobys estamos enamorados del Zinemaldia y fue una auténtica lástima perdernos el año pasado que, contra todo pronóstico, consiguió celebrarse con gran éxito. Este año, entre restricciones y medidas de seguridad, conseguimos volver a nuestro festival favorito.
Lo importante este año es seguir manteniendo un estricto control sanitario en todas las actividades del festival. Los aforos en salas se han reducido al 50-60% y se han suprimido fiestas, galas y alfombras rojas con público. Lo importante es el cine, y que el festival salga en las noticias por cosas positivas. Para la prensa, el engorro es innegable (filas, y procedimientos para todo) como necesario.
Las ilusiones perdidas, el nuevo periodismo de Xavier Giannoli
Nosotros arrancamos el festival con una película de Perlak (Perlas), la sección que agrupa películas destacadas de otros festivales. En esta ocasión tenemos una película que llamó la atención en el Festival Internacional de Cine de Venecia, Les Illusions Perdues (las ilusiones perdidas). Xavier Giannoli hace un retrato crudo de la nueva sociedad que se estaba fraguando en el Siglo XIX. Grandes fortunas, nobleza, y medios de comunicación se enfrentan en una guerra constante por poseer La Verdad y dominar el relato, independientemente de su contenido. En esa contienda, el joven Lucien, periodista de profesión y poeta de vocación es zarandeado por unos y otros, descubriendo lo que hay en bastidores.
Giannoli hace un trabajo sobresaliente retratando esa sociedad cambiante y alienante de la época. El mundo periodístico se desdibuja en un intercambio constante de favores y dinero, sin olvidar los obvios guiños a la sociedad actual.
Marion Cotillard abriendo el festival por todo lo alto
Hoy también era un día para empezar muy fuerte con las ruedas de prensa y eventos. Hoy se iba a dar el primero de los premios Donostia del festival, para la aclamada Marion Cotillard. Los periodistas incidieron varias veces sobre la importancia que Francia le da a los artistas y cineastas, recalcando también la falta de cariño que parecen tener los españoles con sus creadores. Cotillard estuvo como la auténtica estrella que es, siempre amable y sonriente, y muy cercana con la prensa.
También asistimos, con un retraso importante, la rueda de prensa de Competición Oficial, la esperada película de Penélope Cruz y Antonio Banderas. Casi media hora tarde y con la sala de ruedas de prensa todo lo llena que permitía el aforo, dos de los actores más reconocidos de España llegaron con un gran aplauso. Antonio Banderas despertó las risas de la prensa, al decir que las escenas histriónicas que podemos ver en la película no son ni mucho menos exageradas, que hay que saber un poco reírse de la profesión. Penélope Cruz añadió que la película cuenta muy bien cómo es el proceso interior de los actores, cosas que pueden resultar ridículas para alguien ajeno a la profesión.
Los directores Gastón Duprat y Mariano Cohn destacaron su influencia de Berlanga o de Alejandro Doria (director de Esperando la carroza), pero no son directores que beban del cine previo, si no que es su personal visión de la realidad. Para ellos era importante que los actores se mantuvieran en un registro dramático, aunque las escenas fuesen pretendidamente cómica. Penélope remató la visión de directores diciendo que los personajes tienen referencias a varios directores reales, de los que no revelará su identidad y que todos aportaron su gota de veneno en el guion.
Maixabel y el poder del perdón
Icíar Bollaín es una de las grandes directoras españolas y con Maixabel consigue contar una de sentimientos y personas sobre el lado más deshumanizante del conflicto de ETA. Con Blanca Portillo a un lado y Luis Tosar al otro, Maixabel desnuda a las personas detrás del odio y del miedo, a las víctimas y a los victimarios.
La historia de Maixabel Lasa y la lucha por intentar hablar con los asesinos de su marido, sin odio, sin conflicto, es de esa parte de la historia de España que muchas veces se olvida y que siempre es necesario dar luz. Un reparto soberbio rematado con unas actuaciones a la altura de las circunstancias.
Titane, el remate final
Julia Ducournau tiene el gran (pero tardío) honor de haber sido la primera mujer en ganar la Palma de Oro de Cannes en solitario. Titane es de esas películas inclasificables que no te dejará indiferente, para bien y para mal y que después de cada proyección levanta ampollas en redes sociales. En el SSIFF se presentaba con un único pase de prensa y casi a las 11 de la noche, pero la sala estaba a rebosar.
Una historia que habla sobre abusos, empatía emocional, identidad de género se mezcla con asesinatos, body horror y sexo en un cocktail extraño que busca provocar en cada escena. Ha despertado pasiones entre muchos, pero para otros, nos parece un show de luces vacío de contenido, que viaja entre un género y otro sin nada que contar.
