Un duro retrato de los últimos años del famoso autor
Tras interpretar algunas de sus obras tanto en cine como en teatro, el conocido actor inglés Rupert Everett decide dar un paso más con La importancia de llamarse Oscar Wilde, película que no sólo protagoniza, sino que también la dirige y escribe. Todo un reto del que sale bastante airoso.
Aunque el escritor, poeta y dramaturgo irlandés es mundialmente conocido por obras como La importancia de llamarse Ernesto, o su única novela, El retrato de Dorian Gray, lo cierto es que poco se sabe sobre los últimos años del famoso autor.
En general todas las actuaciones de la película son sobresalientes, aunque sin duda el protagonista absoluto de la misma es Rupert Everett.
En La importancia de llamarse Oscar Wilde conocemos la otra cara de la fama, cuando Wilde sale de la cárcel tras haber sido condenado dos años a trabajos forzosos tras descubrirse su homosexualidad y tiene que huir de Gran Bretaña. Se refugia en Francia, donde intenta seguir escribiendo y vive de las rentas. Derrotado anímicamente y en constante lucha entre volver con su amante Bosie (Colin Morgan) o con su mujer Constance (Emily Watson) y sus dos hijos, Wilde intenta sobrevivir en un país que no es el suyo a una situación insostenible. Para conseguirlo cuenta con sus leales amigos Reggie Turner (Colin Firth) y Robbie Ross (Edwin Thomas).
Actuaciones de DIEZ
Estos últimos años de Wilde son bastante duros, por lo que Everett decide intercalar en la narración el famoso cuento de Wilde, The Happy Prince, introduciendo al mismo tiempo elementos mágicos que aportan luz a la historia. Tal y como le contaba los cuentos a sus hijos, Wilde conoce en París a dos huérfanos a los que contarles sus historias.
Everett y Firth, dos de los actores ingleses más importantes de su generación, vuelven a coincidir en esta película sobre Oscar Wilde, tal y como ya hicieron en La importancia de llamarse Ernesto.
En general todas las actuaciones de la película son sobresalientes, aunque sin duda el protagonista absoluto de la misma es Rupert Everett, que aparece prácticamente en todas las escenas.
Una historia interesante y poco conocida sobre Wilde y una forma original de contarla dan como resultado una buena película que en alguna que otra ocasión peca de ser un poco lenta. Precisamente para intentar que no sea tan lenta, el director decide entremezclar historias, así como hacer constantes flashbacks y flashforwards, pero algunas veces esa lentitud es de todos modos inevitable.
Dirección: Rupert Everett.
Reparto: Colin Firth, Colin Morgan, Rupert Everett, Emily Watson, etc.
Duración: 105 minutos.