Los EFA ya están aquí
La fecha del 15 de diciembre de 2018 lleva marcada a fuego en el calendario de la ciudad de Sevilla desde que hace algo más de un año se diese a conocer que la capital de Andalucía acogería por primera vez la gran fiesta del cine en el viejo continente: los European Film Awards (EFA).
De la Berlinale a San Sebastián, pasando por Cannes y Venezia como citas estrellas e ineludibles; se cuentan por cientos las películas que han ido haciendo acto de presencia en los distintos festivales, con la esperanza de colocar su nombre entre las mejores cintas del año para crítica y público. De todas ellas, las cinco que lo han conseguido, siendo candidatas a hacerse con el título de Mejor Película Europea, son las siguientes:
Cold War (Pawel Pawlikowski) – Polonia
Nominada a 5 premios EFA (Película, Director, Guión, Actor y Actriz), Cold War parte como la gran favorita para triunfar en una noche, por otra parte, bastante abierta a las sorpresas y sin grandes autores clásicos del cine europeo entre las nominadas.
Presentada en el Festival de Cannes, donde se terminó alzando con el premio a Mejor Dirección, Cold War es un drama polaco realizado por Pawel Pawlikowski, director ganador de un Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa con Ida, su anterior trabajo. Situado en los años 50, durante esa Guerra Fría que le da nombre, Cold War sigue la historia de amor de Wiktor (Tomasz Kot), un director musical, y Zula (Joanna Kulig), una cantante recién descubierta y de la que no tardará en enamorarse perdidamente.
Dinámica y fría en las formas
Con Cold War, Pawlikowski ha firmado una obra de arte atemporal. Una historia de amor trágica, loca y musical, construida en torno a momentos precisos desperdigados en el tiempo que exprimen la elipsis al máximo. Aquí, importa tanto lo que vemos en pantalla, como todos esos espacios temporales omitidos que no hacen más que engrandecer la leyenda de un amor de idas y venidas, que continúa presente incluso cuando desaparece. Sin preguntas y sin porqués.
Dinámica y fría en las formas, pero con una calidez irracional y oscura en su emoción, Cold War regala encuentros, diálogos, encuadres y miradas que quedarán para el recuerdo. Una fotografía en blanco y negro que baila por los grises sin dudarlo, endureciéndose en los momentos más crudos y bañando de luz a su protagonista para acompañarla en las escenas clave. Un trabajo visual obra de Łukasz Żal, que se hace aún más gigante si cabe gracias al montaje de con la ayuda del magnífico montaje de Jarosław Kamiński, ya ganador del premio a mejor montaje del año (los premios técnicos han sido anunciados con antelación).
Construida sobre ese arquetipo de mujer fatal
Si la imagen brilla, el sonido no es menos en una obra redonda hasta en sus ausencias. Cold War conquista en cada una de sus notas, uniendo y separando a su voluntad la figura de dos amantes que parecen vivir con más intensidad cuando lo hacen a base de canciones y silencios. Una conexión sonora que llena de pasión cada nota. Serán pocos los espectadores que abandonen la sala sin la melodía principal incrustada en el tímpano. «Ojos negros, lloráis porque no podéis estar juntos».
Una canción varias veces repetidas, pero siempre distinta en la voz de Zula, la inolvidable protagonista a la que da vida Joanna Kulig. Construida sobre ese arquetipo de mujer fatal, la actriz polaca consigue que caigamos rendidos a su magnetismo encantador, irresistible y rebelde. Un figura moldeada por un barro que parece pertenecer a otra época, perpendicular a la Monica Vitti de Antonioni o a la Anita Ekberg de La Dolce Vita. Con una mirada de pura nostalgia, a ratos repleta de dolor, y a ratos de pura energía, Joanna Kulig fabrica una femme fatale siempre directa al precipicio, pero llena de corazón en cada uno de sus impulsos.
maestría y eficacia una historia de amor eterna y sin fronteras
Un personaje desarraigado e inabarcable, pero capaz de ser captado en su máximo esplendor mientras se apoya con desgana y cansancio sobre la barra de un bar, acompañada de su pareja, para en un par de segundos terminar bailando en mitad de la sala, y arrastrando a la cámara junto a ella. Una escena donde si aún no estabas hechizado, Joanna Kulig termina de enamorarte al tempo que marca el Rock around the clock, sellando la magia sobre la barra de El Eclipse, en otra referencia más a ese encanto de cine italiano que emana casi natural de su figura.
Si por algo será recordada Cold War, es por su capacidad para hacer magia, condensando con pulso, maestría y eficacia una historia de amor eterna y sin fronteras, en tan solo 88 minutos. Una obra imbatible que debería, si por quien escribe estas líneas fuera, coronarse como la mejor cinta europea de la temporada. Confiamos en que así sea.
Posibilidades reales de victoria: Película, Director (Pawel Pawlikowski), Actriz (Joanna Kulig) y Guión (Pawel Pawlikowski).
Otras nominaciones: Actor (Tomasz Kot).
Girl (Lukas Dhont) – Bélgica
Nominada a 3 premios EFA (Película, Actor y Descubrimiento – Fipresci), Girl es la obra que aparentemente aspira a dar la sorpresa en lo que, si nadie lo impide, promete ser un paseo militar con acento polaco.
Proclamada como la gran revelación europea del año y consiguiendo la Cámara de Oro del último Festival de Cannes para su director, Lukas Dhont, Girl es una cinta de esas que demuestran en cada escena el respeto y cariño que le tiene a sus personajes, pese a todas las dificultades en las que pueda ponerlos el guión.
el sueño de ser bailarina profesional
Girl narra la historia de Lara, una chica de 15 años que continúa atrapada en un cuerpo de chico, aún pendiente de poder comenzar su tratamiento hormonal para la reasignación de sexo. Con el sueño de ser bailarina profesional de ballet como meta, Lara llevará su cuerpo hasta el límite, lidiando a la vez con momentos propios de un coming-of-age adolescente.
Tan delicada y contenida en sus formas como atrevida y convencida en su final, la ópera prima de Lukas Dhont es un infierno interior rodeado de calidez y amabilidad para un personaje incapaz de adecuarse a su cuerpo, por más que casi todo su entorno le vaya a favor (no faltarán las habituales dosis de bullying en relatos con temas similares, pese a que aquí ese impulso externo esté mucho más minimizado en cuanto a repeticiones).
Una actuación totalmente incontestable
Además de su desarrollo y del retrato tan honesto que realiza de su protagonista, lo que verdaderamente conquista en Girl es la fuerza y consistencia con la que asesta un golpe final tan desolador como verosímil. Un desenlace que se va gestando a lo largo de la cinta, y cuya realización es la única vía esperable para un personaje completamente incapaz de convivir con el cuerpo en el que vive atrapado.
Si la cinta consigue ser tan redonda es, en gran parte, gracias al trabajo de un Victor Polster que se deja la piel en un viaje cuyo destino no es otro que levantar un personaje hundido en la cárcel de su propia figura, incapaz de soportar el día a día pese al apoyo recibido por muchas de las partes implicadas, desde su padre hasta los médicos o la profesora de baile. Una actuación totalmente incontestable, fabricando una Lara tan compleja como empatizable.
Un auténtico ejercicio de tacto y consideración
De la labor en la dirección de Lukas Dhont destacan el pulso y la calma con las que el autor belga rueda cada secuencia. Un auténtico ejercicio de tacto y consideración, que sin regodearse en el drama, filma con cariño, control, cercanía y crudeza un tema con el que otros tantos se habrían deleitado en explicitar. Un trabajo merecedor de todos los halagos recibidos y que deja entrever otro gran nombre para el futuro del cine en Europa.
Posibilidades reales de victoria: Actor (Victor Polster) y Descubrimiento – Fipresci.
Otras nominaciones: Película.
Lazzaro Felice (Alice Rohrwacher) – Italia
Nominada a 4 premios EFA (Película, Dirección, Guión y Actriz), Lazzaro Felice llega a Sevilla con posibilidades bastante bajas de alzarse con el gran premio de la noche, pero con la esperanza de ver recompensado la fantasía de su guión. Una obra que puede ganarse el apoyo de aquellos votantes con ganas de premiar una originalidad más clásica que la de sus competidores.
la fantasía arrastrada a lo urbano
Presentada también en la última edición de Cannes, Lazzaro Felice se marchó del festival francés con el premio a Mejor Guión para su directora y guionista, Alice Rohrwacher. La película italiana sigue la figura de Lazzaro, un joven campesino que trabaja en una plantación de tabaco en la que, de alguna manera, les han conseguido convencer de que están siempre en deuda con sus dueños, por los que terminan cada mes sin recibir un sueldo, pero completamente seguros de que así deben ser las cosas.
Con el drama y el desarrollo de personajes como pilar principal, son sus toques de fábula los que dan personalidad a una cinta dividida entre el costumbrismo rural de su primera mitad y la fantasía arrastrada a lo urbano de su segunda parte. Irregular en casi todo su metraje, y con una primera hora que lastra en demasía al relato total, Lazzaro Felice consigue arreglárselas de manera casi inexplicable para salvar los papeles en una segunda hora sobresaliente, que vuelve a equilibrar la balanza cualitativa de la obra.
Lazzaro Felice tiene un cierto aire de frescura natural
Es su naturaleza misteriosa, repleta de encanto a base de un imaginario común y casi vulgar, pero a la vez mágico; la que permite al espectador mantenerse enganchado a la cinta, conectado de manera casi inocente a la pasividad de un protagonista arrastrado por quienes le rodean, con una ausencia completa de voluntad. Un personaje con cierto magnetismo y que más que un regalo es un arma de doble filo. Sin embargo, Adriano Tardiolo sale indemne de la aventura, convenciendo al espectador de esa pureza inhumana que rodea a su Lazzaro.
Rodada en Super 16mm, el apartado gráfico de Lazzaro Felice tiene un cierto aire de frescura natural que conecta muy bien con la suciedad de su entorno más urbano, donde pese a supuestamente tener una mayor libertad, los protagonistas parecen encerrados por un aire pesado y casi enfermizo que rodea a los extrarradios de una ciudad italiana irreconocible a grandes rasgos. Es en esos espacios donde la cinta encuentra sus mejores momentos, con un final de pura fábula y una escena situada en una iglesia donde la música juega un papel principal.
Una obra notable, con voluntad de diálogo social, estableciendo de manera pausada una crítica a la facilidad con la que la sociedad aparta a los más desfavorecidos. Una esclavitud ahora vestida de pobreza, pero igualmente miserable y persistente.
Posibilidades reales de victoria: Guión (Alice Rohrwacher).
Otras nominaciones: Película, Dirección (Alice Rohrwacher) y Actriz (Alba Rohrwacher).
Dogman (Matteo Garrone) – Italia
Nominada a 4 premios EFA (Pelicula, Dirección, Guión, Actor), Dogman es quizás la más olvidada de las tradicional de las nominadas, en cuanto a temas y formas se refiere.
Presentada en el ultimo Festival de Cannes, donde se alzó con el premio a Mejor Actor para su protagonista, Marcello Fonte. La cinta sigue a Marcello, un tranquilo peluquero de perros que para ganarse un dinero extra recurre habitualmente al tráfico de drogas, junto a Simone, un violenro ex boxeador que no desata precisamente la simpatía de los vecinos. Todo se pondrá patas arriba cuando Simone decida robar en un establecimiento del barrio, y el delito termine salpicando a Marcello.
La obra de Matteo Garrone brilla cuando se vuelve más violenta y vengativa
Con posibilidades serias de pelear por el premio a Mejor Actor, pocas opciones más tiene Dogman de alzarse ganadora. Pese a ser una cinta notable, el hecho de no tener ningún rasgo distintivo, siendo una historia muchas veces vista y narrada además de manera tradicional, juega en su contra.
La obra de Matteo Garrone brilla cuando se vuelve más violenta y vengativa, rindiéndose por completo al thriller. Con personalidad y sin dejarse llevar por los excesos, el director italiano firma firma una película contenida en su tamaño, sin grandes grandilocuencias en sus formas e incluso ciertamente sobria a la hora de desarrollar su conflicto, confiando la mayor parte de sus golpes al trabajo de un Marcello Fonte en estado de gracia.
Dogman se podría resumir fácilmente como la historia de un chihuahua con ganas de plantarle cara a un pitbull rabioso, tan solo para darse cuenta de que incluso si gana, sigue siendo un animal insignificante. Dogman es un retrato de como la sed de venganza y violencia puede anestesiar por completo (y sin vuelta atrás) la figura de un hombre aparentemente decente.
Un clásico descenso a los infiernos que viene a recordarnos lo imprevisible de ciertas decisiones, llegando a tirar por la borda incluso todo aquello que parece asegurado, por culpa de un par de giros mal tomados.
Posibilidades reales de victoria: Actor (Marcello Fonte).
Otras nominaciones: Película, Director (Matteo Garrone), Guión (Matteo Garrone, Ugo Chiti, Massimo Gaudioso).
Border (Ali Abbasi) – Suecia
Nominada a 4 premios EFA (Película, Dirección, Guión y Actriz), Border es esa cinta que cada año se cuela en las grandes ceremonias de premios, mientras algunos nos preguntamos con desconcierto cómo han conseguido llegar hasta ahí, y otros alaban con convicción esas cualidades que a nosotros nos resultan invisibles.
un discurso sobre la relación entre quienes son diferentes
Border venció el pasado Un Certain Regard del Festival de Cannes, donde comenzó su camino, al igual que las otras cuatro nominadas. La cinta sueca del director Ali Abbasi pretende establecer un discurso sobre la relación entre quienes son diferentes y su manera de interactuar con el mundo, con un aire casi de fábula misteriosa y amarga, pero con unos protagonistas que no intentan generar ningún tipo de conexión con el espectador.
Serán sus comportamientos, casi de animales salvajes, los que nos vayan dejando caer hacia donde quiere dirigir su reflexión el director, alejándose conforme pasan los minutos del drama más realista y convirtiendo la cinta en un thriller de tensión y oscura fantasía, con personajes que difieren en sus visiones de si mismos.
la originalidad radicalmente excepcional de la propuesta sueca
Una cinta que a través de su obsesión con lo diferente, pretende lanzar el habitual mensaje de inclusión e identidad que tanto gusta a una parte del público, y que se ve que, efectivamente, ha cumplido su cometido, encandilando a grandes audiencias y expulsando por completo a otras, incapaces de establecer cualquier tipo de conexión emocional con esos seres que atraviesan la pantalla.
Ocupando el aparente puesto de quinta nominada que tan bien le habría sentado a cintas como Leto (el maravilloso drama musical ruso de Kirill Serebrennikov) o The Guilty; pocas variables se nos ocurren para que Border termine triunfando en la noche sevillana, más allá de un vuelco totalmente inesperado por parte de los votantes hacia la originalidad radicalmente excepcional de la propuesta sueca.
Posibilidades reales de victoria: ¿Guión? (Ali Abbasi, Isabella Eklöf, John Ajvide Lindqvist).
Otras nominaciones: Película, Dirección (Ali Abbasi) y Actriz (Eva Melander).