El hombre del hielo, conocido como Ötzi, es la nueva película del director alemán Felix Randau. Recrea lo que podría haber sido la historia de la momia que encontraron dos escaladores en 1991. La encontraron en la frontera austro-italiana y desde entonces son muchos los científicos que han examinado cada centímetro de Ötzi. Su nombre proviene de los Alpes de Ötzal y tiene más de 5.300 años.
Otros títulos del director son The Calling Game (2007) y Northen Star (2003). Actualmente vive en Berlín y confiesa que no siempre supo que iba a dedicarse al cine. Dejó sus estudios y pasó dos años viendo películas en los cines o en casa. A partir de ahí, entró en la Academia de Cine de Berlín. Hemos tenido la oportunidad de hablar con Felix Randau sobre su nueva película, una película que ya está conquistando al público.
La historia del hombre europeo…
Moobys: ¿Por qué decidió contar la historia de Ötzi, una momia de más de 5.000 años?
Felix Randau: Cuando quieres hacer una película te buscas una historia y te tiene que atrapar, interesar personalmente. En este caso la historia me interesaba, me atrapó. La segunda pregunta que te tienes que hacer es si esta historia también puede interesar a otras personas, no solo a mí mismo.
Me di cuenta de que es una historia que puede interesar a otra gente y ahí tomé la decisión de hacer la película. Ötzi me permite narrar una historia universal, que es absolutamente atemporal y que cuenta con una figura que es una especie de mito.
M: El argumento de la película se centra en la violencia y en la venganza, ¿por qué?
F.R: Los dos aspectos tienen mucho que ver. Para mí la historia que narro es como una especie de parábola, es decir, una historia en la que el personaje se mueve en un círculo de violencia y que en un momento determinado intenta salir de ese círculo.
Cuando haces una película de violencia tienes que enseñar esa violencia. Yo la violencia en mi película no la pretendo enseñar como se enseña en las películas de entretenimiento; es rápida, dinámica, tiene algo que puede recordar incluso a una especie de baile. Eso no es lo que yo enseño. Esa rapidez es de las películas de entretenimiento que ves cuando estás en el cine con tu bolsa de palomitas, eso es lo que yo no quería enseñar.
M: ¿Cuánto tiempo le llevó escribir el guion?
F.R: Depende, porque lo he hecho en fases. El primer borrador creo que lo tenía terminado en tres días, es un borrador que hemos presentado para conseguir financiación. Pero hasta que empezamos a rodar la película pasó un año y durante todo este tiempo recibimos siempre nuevas informaciones, nuevos detalles que han ido enriqueciendo el guion. He seguido reelaborando el guion incluso cuando ya estábamos rodando.
el primer borrador lo tenía terminado en tres días
M: ¿Contó con expertos, es decir, arqueólogos, historiadores…?
F.R: Siempre he buscado desde un comienzo tener un buen contacto con los expertos y también he contactado con los expertos del Museo de Arqueología del Tirol del Sur (Italia). Ellos han organizado todo lo que venía en el guion y todo lo que podía formar parte del atrezzo, miraban si aquello podía corresponder con la realidad o no.
Rodada en idioma rético, reconstruido por los lingüistas
M: ¿Barajó la posibilidad de subtitular la película?
F.R: Yo mismo jamás. Había otros que si tenían esas ideas pero nos dimos cuenta que no hacía falta. Enseñarlo con subtítulos seria como esperar demasiado poco del espectador.
Nunca nadie se ha quejado del hecho de que no tenga subtítulos. Eso ha funcionado muy bien, y aunque no era mi objetivo, el hecho de que no tenga subtítulos permite entender la película en todas las partes del mundo, por ejemplo en China.
M: ¿Hubo dificultades durante el rodaje?
F.R: Lo más difícil ha sido encontrar las localizaciones adecuadas. Porque nosotros para buscar las localizaciones tenemos que tener en cuenta que el ser humano tiende a cambiar la naturaleza y toma posesión de ella. Nosotros teníamos que buscar localizaciones que podrían tener el mismo estado hace 5.300 años.
El frío durante el rodaje…
M: Los rodajes en temperaturas tan bajas, ¿cómo fueron?
F.R: Ufff…cuesta trabajo. Todo el rodaje que hemos hecho en la cúspide y en los glaciares pues hemos tenido problemas, más de uno se ha desmayado.
M: ¿Fue difícil encontrar un actor que se caracterizara con Ötzi?
F.R: No, fue bastante sencillo. Hemos buscado a un actor alemán que tuviera más o menos la edad del protagonista. También que estuviese físicamente preparado para poder desempeñar este papel. Queríamos que pudiese mostrar a través de su rostro una cierta inteligencia pero sin que esa inteligencia fuese del tipo intelectual que conocemos nosotros en la época moderna.
Elegimos de inmediato a Jürgen Vogel porque además es un actor muy conocido en Alemania. Y él enseguida lo aceptó, estaba entusiasmado. Así surgió la relación.
PAra mí es la historia de un ser humano, más allá de ser la historia de Ötzi
M: ¿Cuál sería el mensaje principal que busca transmitir al espectador?
F.R: Es que no tengo mensajes. Yo espero que cada uno asuma la historia por sí mismo. No intento darle una interpretación a todo ello en el sentido de darle un mensaje al espectador. Creo que cuando tienes un libro, una película, cualquier objeto de arte…que te intenta transmitir una doctrina o que te intenta imponer una opinión, deja de ser una obra de arte y se convierte en mera publicidad, propaganda.
M: ¿Qué simboliza el espejo en la película?
F.R: El espejo tenía por aquel entonces un valor muy elevado, por supuesto hoy en día resulta ridículo atribuir valor a eso. Lo que hemos buscado es encontrar un fetiche que pueda iniciar ese círculo de la violencia.
Podrías narrar la misma historia hoy en día vistiendo a la gente de otra forma, otro peinado y sustituir ese fetiche por uno de la época actual. Por supuesto también hablar otro idioma.
M: ¿Cómo podemos sentirnos identificados con el protagonista?
F.R: No sé si es posible, yo espero que la gente se identifique con él. Porque la película narra al comienzo esa experiencia que vive el protagonista principal. Una experiencia que le lleva a hacer lo que hace y esa es una historia que desde luego a mí me parece que nos es bastante cercana a todos.