Querido lector, apasionado del séptimo arte. Estimado padawan, cinéfilo en prácticas. Ilustre futuro guionista, director, actor o espectador. Amante de las series y cinéfilo en potencia.
Tú, que sueñas con hacer del cine un estilo de vida. O que dedicas tu vida a disfrutar de buenas historias en pantalla grande (o pequeña), deberías acercarte – si no has cometido la lujuria de hacerlo ya – a estos grandes títulos que cambiarán tu forma de entender el arte del cine y que te ayudarán a alzarte como el cinéfilo del siglo.
(Para maestros cinéfilos queda el universo de los comentarios para que añadan o modifiquen cualquier título de esta lista)
El padrino (1972)
Seguramente habrás oído hablar de la obra maestra de Francis Ford Coppola (o eso se espera de ti) con cierto recelo por la disparidad de comentarios que suscita la historia de la familia de Don Vito Corleone, pero El padrino es algo más que un estudio de la mafia. Coppola nos regala una gran película, plagada de momentos estelares y sustentada en maravillosas actuaciones como las de Marlon Brando (Un tranvía llamado deseo), Al Pacino (El dilema), Robert Duvall (El juez) o Diane Keaton (Cuando menos te lo esperas), que te harán desear tener un padrino a la altura de Don Corleone.
La lista de Schindler (1993)
La Segunda Guerra Mundial ha sido llevada al cine hasta la saciedad, pero la película del “Rey Midas de Hollywood”, Steven Spielberg (En busca del arca perdida), es un canto a la belleza absoluta con una dirección de matrícula de honor. El uso del blanco y negro (con unos sobrecogedores toques de color) para contar la historia real de Oskar Schindler, un miembro del partido nazi que pretende ayudar a los judíos, consigue que el espectador quede tocado por la historia que nos presenta Spielberg y por las actuaciones de Liam Neeson (Venganza) como Oskar Schindler, Ben Kingsley (Shutter Island) como el judío Itzhak Stern, y Ralph Fiennes (saga Harry Potter) como el despiadado oficial de las S.S. Amon Leopold Goeth.
La vida es bella (1997)
El actor, guionista y director Roberto Benigni (A Roma con amor), nos adentra en los campos de exterminio de la Segunda Guerra Mundial con una enternecedora y sobrecogedora historia de un padre (interpretado por el propio Benigni) que pretende que su hijo crear que la situación que están viviendo no es más que un juego. Una película que te dejará sin aliento y con la que será imposible que no se te escapen las lágrimas.
Interestellar (2014)
La teoría espacio-temporal de Christopher Nolan (El caballero oscuro) es una auténtica maravilla del séptimo arte. El juego de universos por explorar y de dimensiones desconocidas, ha convertido la obra de Nolan en una de las joyas de los últimos años y que tú no deberías perderte. Un guión inteligente, a cargo del propio Nolan y de su hermano, Jonathan Nolan (Person of interest), con unas brillantes actuaciones y unas descabelladas teorías te llevaran a agarrarte a la butaca con los viajes de la tripulación de Joseph Cooper, interpretado por Matthew McConaughey (Los hombres libres de Jones), en busca de nuevas fronteras.
El club de la lucha (1999)
David Fincher es uno de esos visionarios directores que nos ha regalado un puñado de grandes películas como Seven, El curioso caso de Benjamin Button, Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres o Perdida. Pero es en El club de la lucha donde se condensa todo el estilo de Fincher. La locura que desprenden el guión y la dirección de la cinta, basada en la novela homónima de Chuck Palahniuk, aderezado con unas actuaciones desquiciadas (Edward Norton, Brad Pitt, Helen Bonhan Carter, Jared Leto), convierten la película en una obra maestra del séptimo arte con un final de infarto.
Infiltrados (2006)
Martin Scorsese ha dejado grandes películas que quedaran grabadas en la mente de todos los que amamos el séptimo arte (Uno de los nuestros, Taxi Driver, Shutter Island). Pero, sin duda, es esta cinta llena de brutalidad la que merece un puesto en el podio de todo amante del cine. El guión de Infiltrados es rápido y ágil, combinado con una dirección sobresaliente y unas actuaciones de infarto. Los giros de guión son uno de los grandes atractivos de esta película que es una de las grandes del pequeño Martin.
El apartamento (1960)
La historia de C.C. Baxter y su apartamento, que se convertirá en el nidito de amor de sus superiores, es una maravilla del cine. Obra del mítico directo Billy Wilder (Con faldas y a lo loco), la cinta desprende vida en cada uno de los minutos de metraje gracias a una dirección magistral y a un inteligentísimo guión, que transforma una historia aparentemente insulsa en una gran joya para la historia. Son fundamentales en esta película las actuaciones de dos de los mejores actores de todos los tiempos, Jack Lemmon (Primera plana) y Shirley MacLaine (La vida secreta de Walter Mitty), que humanizan el dramatismo de la historia del maestro Wilder.
Casablanca (1942)
Amada y odiada a partes iguales, la película de Michael Curtiz (El hombre de bronce) no deja de ser un maravilloso ejemplo de lo que debería ser el cine. Curtiz consigue sumergirte en la historia de amor de Rick e Ilsa con su dirección y su sensibilidad a la hora de guiar la película. Aunque el guión peca de facilón y las actuaciones de Humphrey Bogart (Tener y no tener) e Ingrid Bergman (Encadenados) dejen mucho que desear, la dirección de Curtiz consigue salvar la película y convertirla en una gran obra maestra que no puedes dejar de ver.
Forrest Gump (1994)
Es difícil escribir sobre la película de Robert Zemeckis (Regreso al futuro) y conseguir transmitir la fuerza y la ternura de su dirección, historia y actuaciones. En esta película brillan con fuerza los dos protagonistas, Tom Hanks (Capitán Phillips) y Robin Wright (House of Cards), atrapados en un guión maravilloso y una dirección espectacular. Sin duda, una película que no podéis dejar de disfrutar una y otra vez, porque “la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar”.
American History X (1998)
Sin duda es la actuación de Edward Norton (El ilusionista) como el skin-head neonazi Derek, lo que convierte la cinta de Tony Kaye (El profesor) en una obra imprescindible para futuros cinéfilos. La película queda eclipsada por un guión trepidante y unas actuaciones escalofriantes con algún efecto de dirección y montaje que te sorprenderá y te dejará pegados al sillón.